El psicólogo estadounidense David Shapiro en 1970, identificó una serie de características que, según él, hacían a algunos pacientes más «deseables» para los psicoterapeutas, ya que esos pacientes tendían a mostrar una mayor predisposición para beneficiarse del proceso terapéutico.
YAVIS es un acrónimo que corresponde a las palabras Young (joven), Attractive (atractivo), Verbal (expresivo) Intelligent (inteligente) y Successful (exitoso). Estas cinco características las poseen los pacientes que presentan menos resistencia al tratamiento y una mayor disposición para comprometerse con el proceso y salen pronto de terapia. Aunque el perfil YAVIS puede ayudar a los terapeutas a tener mayor probabilidad de éxito en la terapia, también es crucial reconocer la importancia de transformarse en un paciente ideal desde una perspectiva más integral, porque en algunos casos, el paciente puede llegar con tres de estas cinco características y enfocarse con ayuda del terapeuta en llegar a tener desarrolladas las cinco variables.
Más allá de ser una etiqueta que tiene una connotación discriminatoria, veámoslo desde un matiz de bienestar y conveniente, ya que en algunos casos los pacientes jóvenes pueden estar más abiertos al cambio y tener una mayor flexibilidad cognitiva, sus esquemas mentales no están tan duramente marcados. Los pacientes atractivos, en términos psicológicos no se refiere a la apariencia física, sino más bien al estilo de personalidad, alguien que da gusto conocer y que tiene la capacidad para formar relaciones interpersonales efectivas. Los pacientes verbales son los que tienden a expresar sus pensamientos y emociones con claridad, al terapeuta no le cuesta sacar la información, porque el paciente lo tiene de manera ordenada en su mente y puede explicar lo que le pasa de manera fluida facilitando la comunicación con el terapeuta, sin que este tenga que estar “cuchareando” lo que necesita saber para tener un panorama más claro. A los pacientes de inteligencia promedio se les permite una mejor comprensión de los conceptos terapéuticos, porque una vez que el paciente logra comprender la parte teórica de su trastorno, se enfoca a ponerlo en práctica, entiende totalmente el objetivo de cada una de las actividades y su inteligencia le permite tomar un rol activo en su proceso. La última de las características se refiere a los pacientes que han tenido éxito en la vida personal, que han desarrollado bien su oficio o profesión, porque al tener antecedentes de haber superado crisis y haber logrado sus metas, da una pauta del nivel de disciplina, marca una ruta de compromiso, nos demuestra el autoestima, nos da una mayor autoeficacia y obviamente si está acostumbrado a trabajar en base a objetivos, es sorprendente ver como la terapia también se ve orientada en base a ellos.
Sin embargo, es fundamental cuestionar la idealización del perfil YAVIS. En realidad, cada paciente, independientemente de si encaja o no en este perfil, tiene el potencial de beneficiarse enormemente de la psicoterapia. La verdadera esencia del proceso terapéutico no reside en cumplir con un conjunto específico de características, sino en la capacidad del paciente para trabajar en sí mismo y en la relación terapéutica. Los pacientes que no encajan en el perfil YAVIS pueden tener desafíos diferentes, pero igualmente significativos que, de hecho, pueden enriquecer la terapia y han sido un verdadero éxito cuando logran tener esos avances tan significativos. Amamos esos perfiles que aún no son YAVIS, porque a pesar de carecer de estas variables que determinan mayor probabilidad de éxito en la terapia, ellos han logrado adoptar una actitud proactiva y comprometida hacia el proceso terapéutico, se han dispuesto a explorar las propias emociones y pensamientos, han logrado ser honesto con el terapeuta y estar abierto a la autoexploración y el cambio.
A nivel de conclusión, los YAVIS reconocen pronto cuando necesitan ir a terapia y se enfocan en hacer las cosas bien, pero más allá de las características ideales de un YAVIS, la capacidad de un paciente para participar activamente en su propio crecimiento personal es lo que realmente importa en la psicoterapia, esa capacidad de enfrentar sus propios desafíos y trabajar colaborativamente con el terapeuta. Así, el verdadero “paciente ideal” no es aquel que cumple con el perfil YAVIS, sino aquel que está dispuesto a embarcarse en el viaje de autoexploración y crecimiento personal.
Con cariño y respeto para todos mis YAVIS iniciales y posteriores.
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«EN LA TERAPIA, LO QUE SE NECESITA ES LA DISPOSICIÓN A CAMBIAR,
NO LA PERFECCIÓN.» — Karen Horney