28.4 C
Honduras
sábado, abril 19, 2025

Ya veremos

La Buena y la Mala suerte es un antiguo cuento que habla de la filosofía de un octogenario muy sabio, quien no se dejaba llevar por las impresiones de los demás en cuanto a las cosas que sucedían.

Por ejemplo, cuando su caballo (que era uno de sus grandes tesoros) escapó a medianoche y la gente de su pueblo se lamentaba compadeciéndose de él, el anciano decía no estar tan seguro de que eso fuera mala suerte, “ya veremos, ya veremos”, concluía.

El caballo regresó algunos días después, como era de esperarse todos corrieron a celebrar la buena noticia, menos el anciano.

Éste tenía un hijo, un joven muy ágil y buen jinete, a pesar de ello, se cayó del corcel rompiéndose una pierna. La gente se volvió a lamentar de su mala suerte, el anciano no estaba seguro de hacerlo.

Ya veremos, ya veremos…decía. Esa misma noche irrumpió en el pueblo un grupo militar reclutando por la fuerza a los hombres jóvenes del lugar llevándolos a rumbo desconocido, sin certeza de regresar.

Cargaron con todos, menos con el hijo del sabio anciano claro, un chico con la pierna rota no era algo de su interés.

Y así sucesivamente se iban dando eventos en la vida del hombre, eventos para bien y para mal, dependiendo de cómo se lo tomaran.

Asimismo, a todos y por igual, nos suceden cosas a diario que nosotros nos apuramos a juzgar como buenas o malas. Situaciones que nos toca vivir en todo momento y a cada rato, que insistimos en etiquetar de “buena suerte” o “mala suerte”.

Si tan solo nos detuviéramos un instante antes de hacerlo, si dejáramos pasar un tiempo, observáramos con detenimiento todas y cada una de las consecuencias de eso que nos pasó, probablemente tendríamos que darnos cuenta de que aquello “bueno” no terminó siendo tan bueno y que lo “malo” traía consigo como integrado, algo rescatable.

Desde luego que hay excepciones, pero por lo general, las cosas suelen ser así, y lo sabremos, siempre y cuando no nos precipitemos a sacar conclusiones.

Tal vez en el momento en que nos volvamos un poco más observadores de lo que sucede en nuestro entorno, de cómo sucede y de sus resultados, estaremos más abiertos a analizar si esto, en lo que creía fielmente el protagonista de nuestro cuento, es verdad:

“El bien de hoy puede ser el mal de mañana y la pena de mañana, la alegría de pasado. No existe la mala suerte, ni tampoco la buena suerte.

La vida es una larga cadena de alegrías y tristezas por las que nos movemos. Un día nos toca reír y al siguiente nos toca llorar, solo los dioses saben el color del futuro. Mañana volverá a salir el sol y entonces…ya veremos.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: