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sábado, abril 19, 2025

Ventana y espejo: Humildad personal, ambición feroz

Existe un nivel de liderazgo estelar. El autor de libros para empresas Jim Collins, lo llama “Líder Nivel 5” en otras áreas, se le conoce como nivel 10. Es aquel líder con gran humildad personal, pero una ambición feroz. Entendemos que este balance es sumamente difícil, pues toca calibrar mucho nuestro ego.

Pero de lograrse, se pueden potenciar como nunca los equipos de trabajo y las metas en las empresas. Ahora bien, lo que más sugiere debe ser parte de nuestro día a día es el principio de la ventana y el espejo. Es decir, cuando las cosas vayan de buena manera, debemos atribuir mucho de logro a factores externos.

Y cuando la cosa no esté saliendo bien, debemos vernos a nosotros mismos. Debemos asumir responsabilidad y saber que somos nosotros los que vamos a generar los cambios. Usualmente, lo hacemos al revés. Cuando algo ocurre mal, ponemos excusas, y enumeramos todos los factores externos posibles del porqué las cosas ocurrieron, librándonos así, el privilegio de afinar tuercas.

Y desde luego si llega el éxito simplemente nos ensalzamos diciendo que el éxito es porque somos bueno. Nada de eso crea una cultura de mejora. La humildad nada tiene que ver con dejar de tener metas, logros, objetivos, he aprendido que la humildad es pensar menos en uno mismo y pensar más en el equipo.

Pero ese equipo debe tener metas desafiantes, estar altamente motivados y sobre todo tener la convicción de que como profesionales pueden lograr lo que se han propuesto. Si usted no se siente seguro en su liderazgo.

Si su nivel como líder es bajo, será un líder inseguro, que a la primera comenzará a echar culpas a su equipo. Y se mostrará como alguien perfecto, poco vulnerable, no genuino que usualmente lo que ocurre es una gran desconexión con su gente a la hora de los resultados bajos.

Collins, propone que el proceso de mejora debe ser una constante en una empresa. Abrazar la constante de un proceso de mejora muchas veces es doloroso, sobre todo porque nos encantan las palmaditas en la espalda. Pero cuando hay madurez, sabemos que es necesario.

Por eso muchas empresas se someten a auditorias internas, o a certificaciones de calidad que les permitan hacer cambios a lo interno y que les enseñe como lograr nuevos estándares. El mismo Collins ha dicho en uno de sus libros que “Lo bueno es enemigo de lo grandioso”.

Todos queremos esa excelencia, todos queremos que lo que hacemos realmente brille, pero no nos gusta pagar el precio del proceso. Ventana y espejo, esto también nos puede servir para nuestra vida personal. Creo que el auto liderarse es uno de los desafíos más grandes que puede haber. No con esto me refiero a ser duro con uno mismo.

Si no, ser honesto. Si soy el responsable de mi equipo y el equipo falla, pues entonces soy yo. Solo el hecho de reconocerlo nos lleva a una reflexión. Y cuando celebramos el éxito con autoría de los demás, nos mantiene con los pies en la tierra.

El éxito muchas veces es fugaz. Tanto, que no se puede vivir de los logros pasados. Si usted desea un equipo tremendamente ambicioso, que se proponga lograr cosas y las cumpla, sométase a un proceso de mejora continua. Los pequeños pasos son indicadores hacia el verdadero avance. Y sepa ser el líder que pueda llevar su equipo a esos destinos.

Aceptando retroalimentación, con respeto desde luego. Pero también alentando y supervisando cambios. Tenga esa ambición feroz que contagie a otros.

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
2050 Comunicaciones
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