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lunes, abril 21, 2025

Un desafío global, alcanzar los ODS para el 2030

Cumplir metas personales es todo un desafío, para eso debemos tener claro que es lo que deseamos lograr, establecer una ruta de cómo hacerlo y estimar los recursos económicos, técnicos y financieros. Cuando nuestras metas son muy altas y van más allá de nuestras habilidades y circunstancias debemos trabajar duro para estar a en línea con nuestras expectativas.

Ahora, lograr metas mundiales, donde se pretende mejorar la situación global es un reto gigante. Recordamos los ocho Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) que fueron planteados por las Naciones Unidas y aceptados por los Estados que la conforman, del 2000 al 2015, se logró un resultado positivo en algunas metas planteadas, pero en la mayoría hay un camino largo con muchos obstáculos por recorrer. Se logró de manera global reducir a la mitad la proporción de personas que viven en pobreza extrema. Sin embargo, el hambre disminuyó, pero no alcanzó la meta de reducción a la mitad.

Después de 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron adoptados como una continuación y expansión de los ODM, con la meta de ser alcanzados para 2030. Estos 17 objetivos abordan una amplia gama de desafíos globales, incluyendo pobreza, desigualdad, salud, educación, cambio climático, paz y justicia.

Los ODS constituyen un ambicioso marco global, pretende lograr lo que ninguna civilización ha hecho anteriormente. Buscan la erradicación de la pobreza en todas sus formas hasta la promoción de la salud y el bienestar para todos, pasando por la garantía de una educación inclusiva y equitativa, estos objetivos también buscan alcanzar la igualdad de género y asegurar agua limpia y saneamiento adecuado.

Asimismo, se orientan hacia la creación de ciudades y comunidades sostenibles, la promoción de prácticas de producción y consumo responsables, y la acción urgente por el clima. La conservación de los ecosistemas terrestres y marinos, junto con la promoción de la paz, la justicia y las instituciones sólidas, también son metas clave. Los ODS representan un camino para mejorar la calidad de vida global y salvaguardar nuestro planeta para las generaciones venideras.

Conociendo la naturaleza humana, el egoísmo, la envidia, la violencia, la avaricia y el deseo de poder que caracteriza a muchos seres humanos, pero también conociendo que hay muchas personas que genuinamente buscan construir un mundo mejor, planteo dos escenarios, en el primero continuamos con todos los vicios del alma humana, promoviendo guerras y conflictos, en el otro, trabajamos por alcanzar los ODS, buscando impactar positivamente en las personas y el planeta.

En el escenario distópico, los ODS son ignorados o malinterpretados, resultando en un aumento alarmante de la desigualdad y la degradación ambiental. La falta de acción coordinada frente al cambio climático ha llevado a fenómenos climáticos extremos cada vez más frecuentes, afectando a millones de personas vulnerables. La salud pública se ve amenazada por enfermedades que ya habían sido erradicadas y la escasez de alimentos debido a prácticas agrícolas insostenibles y la acumulación de la producción. Las ciudades superpobladas y mal planificadas, contaminadas, con servicios básicos deficientes, generando tensiones sociales y políticas que amenazan la estabilidad global. El agua potable es casi un lujo obtenerla.

En el escenario utópico, los ODS se han alcanzado de manera integral y equitativa en todo el mundo. La pobreza ha sido erradicada gracias a políticas inclusivas que priorizan el bienestar humano. La igualdad de género es una realidad, con oportunidades equitativas para todas las personas, independientemente de su género u origen o creencias religiosas. La salud y el bienestar son universales, con acceso garantizado a servicios de salud de calidad y nutrición adecuada para todos. Las ciudades verdes, diseñadas para garantizar la sostenibilidad, con infraestructuras modernas que minimizan el impacto ambiental y promueven la calidad de vida. La cooperación global ha permitido abordar el cambio climático de manera efectiva, preservando la biodiversidad y asegurando un futuro seguro y próspero para las generaciones venideras.

Para cerrar pongo sobre la mesa estas preguntas: ¿En cuál escenario le gustaría vivir, uno distópico o uno utópico? ¿Hacia dónde vamos actualmente, a un futuro con esperanza o a uno más caótico?

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