Los reclamos justos, lógicos, legales y altamente positivos con esforzado como simpático impulso, conformando una demostración de una denodada significación y el signo de una excepcional marcha por llevar internamente su incontenible transformación por los distintos sectores geográficos de nuestro país; mismos que no pueden pasar desapercibidos por su propósito y convicción, humedecidos de altos ideales unidos estos, al cariño, a los variados complejos, y agraciados objetivos, caminando siempre con detallado resplandor, conteniendo estables y firmes deseos que demuestran sin lugar a dudas, la voluntad adiestrada convenientemente a las exigencias del momento que vivimos.
El impecable reflejo de la personalidad de los jóvenes hondureños, aparece fuertemente consolidado con la extensión o el ensanchamiento de una verdadera enseñanza y su genuina laboriosidad en el estricto cumplimiento de sus distintas actividades.
Y es que no puede ser de otra manera, en una nación como Honduras, de desarrollo económico relativo, es indispensable que la juventud se adapte a la tecnología actual, ocupando un lugar preponderante o superior en la complejidad o laberinto del mundo empresarial, político, financiero, cultural, pedagógico, social, artístico, deportivo, con la finalidad de que mejores, convenientes y provechosos horizontes, forjen un radiante o brillante futuro humedecido de prometedoras o expectantes perspectivas o representaciones de alta esencia y denodado vigor.
Hay que borrar las odiosas estelas de un pasado triste y lamentable, para emerger con renovadores brillos. La expresiva evidencia o certidumbre de lo antes expresado, se logra o alcanza con la satisfactoria y resplandeciente luz que toca y confirma los umbrales que alcanzan las metas fijadas merced a las proporciones y oportunidades concebidas a entendimiento reservado de ciertos gobernantes y a la utilización propicia, que conlleva a la resolución paulatina y segura por etapas, de la enorme problemática nacional.
Tenemos que fomentar en nuestra Patria, la sana recreación y el valioso cultivo de satisfacción de las inquietudes culturales, higiénicas, formativas, de salubridad, artísticas y demás de similar condición, abriendo paso y apartando las restricciones o impedimentos, apartando las barreras que impiden la capacitación intelectual, superando así de esta forma, con mayor capacidad intelectual, laboriosidad, eficiente preparación e imparcial competencia y oposición que se presentan.
La iniciativa y estímulos hay que complementarlos con aras a una conciencia de auténtica construcción nacional, sin importar los posibles obstáculos, inconvenientes y dificultades que se presenten. Hay un punto de vital importancia de tomar obligatoriamente tenemos que tomar en consideración.
Que la salud, la educación, la seguridad social, el cuidado personal y la reforma agraria son derechos y deberes imprescriptibles de los que todos formamos parte dentro de la República, y que lógicamente, deben ser considerados. Por tal orden de pensamientos, toda la ciudadanía o el pueblo en general, debemos de estar libre de las enfermedades y atendidos cuando sea necesario para su curación.
Un cambio radical de tal naturaleza, implica un país libre de ciertos padecimientos o determinadas enfermedades, libres de la desnutrición, y de los lastres del analfabetismo para lograr un pleno desarrollo juvenil, en la etapa adolescente, en la época de la mayoría adulta y ancianidad o senectud.
Hay que abarcar con dignidad, gallardía y respeto el reto histórico que nos depara el destino, obteniendo de esta forma, dentro del alcance de nuestras posibilidades el verdadero reto histórico que nos depara el destino, consiguiendo y ganando así óptimos resultados. El camino del desenvolvimiento está diseñado.