A través de una carta abierta, Nicolás Rishmawy le detalla al presidente de los maquiladores, Daniel Facussé la dura realidad del país y como la corrupción afecta a millones de personas.
“Estimado Daniel, tus recientes declaraciones, en las que afirmas categóricamente que “Honduras no es un país corrupto”, resultan sumamente desconcertantes, pues mientras pintas un panorama idílico, la realidad que enfrentan millones de hondureños es diametralmente opuesta”, indica la carta.
Nicolás Rishmawy, hace referencia a la calificación que obtuvo Honduras en el 2024, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC).
“Honduras obtuvo una calificación de 22 puntos, la más baja en su historia reciente; lo repito, la más baja en su historia reciente. Este puntaje sitúa al país entre los más corruptos del mundo, solo por encima de Haití, Nicaragua y Venezuela en la región. Desde 2015, Honduras no ha logrado superar la barrera de los 30 puntos”, declaró el empresario.
Otro de los puntos mencionados en la carta, es la encuesta del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria.
Esta encuesta revela que el 88% de los hondureños considera necesaria una misión internacional para combatir la corrupción, y el 90.4% percibe que las prácticas corruptas afectan directamente su vida cotidiana.
“Estos datos reflejan una percepción generalizada de corrupción que contrasta drásticamente con tu acomodada visión”, dijo Rishmawy.
“Tu llamado a “cambiar nuestra percepción” y presentar a Honduras como un paraíso, es una inocentada”.
Seguidamente le sugirió a Facussé: “Entiende bien esto: La percepción de corrupción no es una construcción mediática ni una campaña de desprestigio; es el reflejo de experiencias cotidianas de injusticia, impunidad y abuso de poder que sufren los hondureños”.
Nicolás expresó que comprende que, como presidente de la industria de la maquila, el empresario busque atraer inversión y promover una imagen positiva del país. Sin embargo, negar la existencia de la corrupción y desestimar informes y percepciones fundamentadas no contribuye a solucionar el problema.
“Al contrario, perpetúa un ciclo de impunidad y desconfianza que aleja tanto a inversores como a ciudadanos comprometidos con el desarrollo de Honduras”.
Culminó su escrito diciendo: “Te insto a reconocer la gravedad de la situación, gravedad que es reconocida por la mayoría de tus colegas maquiladores que no comparten tu “visión” ni tus misteriosas alianzas; te exhorto a utilizar tu influencia para abogar por reformas estructurales que combatan la corrupción de manera efectiva, pues solo enfrentando la realidad con valentía y determinación podremos aspirar a construir el país próspero y justo que todos deseamos”.