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domingo, abril 20, 2025

Tocan la puerta

Se sentó con movimientos felinos, como ella sabe, su belleza heredada de india de esta tierra, cuerpo menudo, curvas menudas y la cascada de pelo negro carbón, que le corre orgullosa hasta sus caderas, hermosa mujer de por aquí pues, bella, ágil, delicada pero fuerte. Me vio con esos ojos de abismo oscuros, donde viven el amor y la sonrisa, pero también la leona de la sierra pronta a defenderse. Pues, me dijo pensativa, con su voz melodiosa, igualito que el sabor de un sorbo de café por la mañana, el primerito que se bebe uno, el que lo lleva a la gloria, a ese mundo nuestro, que los que bebemos café, sabemos que existe.

Yo aún no se bien, me dijo con su cadencia tropical, me parece que lo que pase allí es un ejemplo de lo que podría pasar acá, como un espejo, pero más real, con gente que anhela y otros que temen, me dijo quedito, casi como si no quisiera que la escuchara.

Aquí ya sabemos cómo va la cosa, me dijo, aquí ya días que se nos ralea la vida, todo es lo poco que progresa, como si nos estuviéramos desvaneciendo, ya muchos, incluso, ya ni aspiran a más, con tal de llegar al día próximo y comerse un bocadito. Cabal como si ya no tuviéramos vida y lo que con ella viene, la superación y el triunfo. Pero bueno, me dijo mientras se alisaba la falda, veremos qué pasa ¿verdad? Todo pasa en esta vida, caen los señores y caen los imperios, todo y le repito, me dijo con su tono de colibrí, chiquito, calladito y ágil, por eso fracasan, todo pasa y se les olvida. El fin de semana se verá en esa tierra de lejos, allá en el sur, qué pasará allá, cuando el pueblo hable, si es escuchado o no. La tierra esa no la conozco, dicen que fue grande, pero ahora es una sombra, supongo que es cierto, me dijo, porque ahora veo su bandera en las esquinas de una tierra que no es la ella, pidiendo para seguir cazando un sueño allá en el norte y eso es triste ¿verdad? Eso es lo que me preocupa, porque si los de acá tienen como ejemplo los de allá, cabal por eso nos vamos desvaneciendo ¿verdad?

Espero que el pueblo hable, fíjese, y se haga caso al llamado, porque eso es un ejemplo, como cuando le mandan un recado a uno pues, de lo que les puede pasar acá. No crea, me dijo coqueta, con su sonrisa fresca, llena de blanco inmaculado, acá deben de estar pendientes, de todo cabal como en la cuartería donde vivo, dijo de repente. Porque cuando le tocan la puerta al vecino, para que abra y se salga, uno escucha y sabe en el fondo que también le pueden llegar a tocar la puerta a uno para que se vaya también, porque allí está uno si cumple con sus deberes, no porque la cuartería sea propia. Sí, me dijo, con suspiro lánguido, propio de mujer bonita, eso que le toquen la puerta es complicado.

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