Mandalay, Birmania –El terremoto ha afectado a cerca de 20 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población de Birmania, según la ONU.
Entre los daños más graves se encuentran la destrucción de viviendas, monasterios, escuelas, puentes y carreteras.
Además, las grandes presas del país, fundamentales para la infraestructura hídrica, también están en riesgo, lo que añade una preocupación adicional a la crisis humanitaria.
A dos días del devastador terremoto de magnitud 7,7 que sacudió el centro-norte de Birmania, la situación sigue empeorando con las réplicas y el daño a infraestructuras clave, lo que dificulta aún más las labores de rescate.
Con un saldo de al menos 1.700 muertos y miles de edificaciones colapsadas, la tragedia continúa desplegándose, especialmente en la ciudad de Mandalay, la segunda más grande del país con alrededor de 1,5 millones de habitantes.
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El terremoto, que ocurrió a unos 17 kilómetros del epicentro, dejó a Mandalay en un estado de destrucción masiva.
El aeropuerto de la ciudad permanece cerrado, y carreteras y puentes cercanos han sido gravemente dañados, lo que dificulta el acceso a la urbe.
A pesar de los esfuerzos de rescate, el difícil acceso y los cortes en internet y telefonía complican las tareas de emergencia.
En declaraciones a EFE, un residente de Mandalay compartió su angustia: «Todo está en ruinas. Nadie quiere volver a sus casas». Los edificios que no han colapsado están inclinados, así que todo el mundo teme que se caigan. Los vecinos viven en la calle o a la intemperie, entre las ruinas».
Réplicas y Daños en Otras Regiones
El sismo ha sido seguido por casi 200 réplicas, algunas de ellas de magnitudes cercanas a 6, lo que ha mantenido a la población en un estado constante de temor.
Según Su Mon Htay, directora de Plan Internacional en Birmania, «Debido a las réplicas, la gente está tan asustada de volver a sus casas que, incluso si no están dañadas, prefieren quedarse en la calle y en los arcenes».
Las imágenes satelitales muestran la devastación en Mandalay, con barrios enteros arrasados, templos y puentes destruidos.
Por otro lado, la situación en Sagaing, situada cerca del epicentro, es aún más incierta, debido a la dificultad de acceso a la zona y la falta de información precisa sobre el alcance de los daños.
De acuerdo con la Federación Internacional de la Cruz Roja, hasta un 70% de Sagaing ha sido destruido, lo que agrava aún más la situación.
Cientos de Rescatistas Internacionales se Unen a los Esfuerzos de Ayuda
Cientos de rescatistas de diversos países, incluyendo China, Rusia, India, Singapur y Tailandia, ya se encuentran en Birmania para ayudar en las labores de rescate y asistencia humanitaria.
Estos equipos se están concentrando en las áreas más afectadas, como Mandalay y Sagaing.
Además, la ONU y organizaciones humanitarias han desplegado hospitales de campaña y equipos quirúrgicos móviles para brindar atención médica a los heridos.
Marcoluigi Corsi, coordinador humanitario de la ONU en Birmania, subrayó la gravedad de la situación:
«El pueblo de Birmania necesita urgentemente el firme apoyo de la comunidad internacional».
Las labores de rescate continúan a contrarreloj, mientras se intensifica la ayuda para aliviar la sufrida población.
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