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lunes, abril 21, 2025

SOCIALIZACIÓN Y CAPACITACIÓN PREVIO A LA IMPLEMENTACIÓN, LA GRAN DEUDA

Por: Nahún Moreno, Empresario, Investigador y Docente

La nueva generación de política pública, planes de rescate, las famosas depuraciones o las reconocidas intervenciones  para un mejor funcionamiento del aparato estatal o el engranaje organizacional en el sector privado se han vuelto de moda, y es que todo mal o mediocre funcionamiento de un motor organizacional ya sea público o privado requiere la reflexión y re direccionamiento, por ello los padres de la administración moderna dejaron plasmado en el proceso de administrativo la necesidad de establecer mecanismos de control que dirijan la estrategia cuando esta no nos acerca al resultado deseado.

Lamentablemente la experiencia nos muestra que en nuestro país se vuelve cada vez más frecuente el aceptar los malos funcionamientos que a su vez representan los errores cometidos en la toma de decisiones y buscamos resolverlos nombrando juntas interventoras que nos vengan a arreglar los problemas de la noche a la mañana. En su mayoría estas intervenciones vienen plagadas de buenas intenciones y acompañadas con el nombramiento de notables personalidades seleccionadas por su capacidad y sus credenciales robustas que llegan con instrucciones claras y precisas y la misión asignada de resolver los problemas y brindar soluciones, al menos eso se busca.

Sin embargo, hemos fallado reiteradamente y sigue siendo la gran deuda no lograr establecer los planes de socialización previo a la implementación que brinden el tiempo necesario para generar aprendizaje, conocimiento, tolerancia y asunción del riesgo y del costo de oportunidad flexible que permita operar sin daños a terceros.

Si queremos crecer económica y socialmente como país y generar bienestar debemos ser más acuciosos, estratégicos y visionarios en esta etapa del control, recordamos cuando hace algunos años quisimos resolver el problema de la defraudación fiscal y los altos índices de la economía informal a través de la introducción por medio del SAR de un nuevo sistema de facturación que permitiría unificar y controlar desde un sistema central toda la actividad de facturación y contable de los negocios. Al final luego de todo ese proceso lleno de buenas intenciones, pero carente de un plan de socialización y tolerancia de tiempo para su implementación, nos generó un costo negativo altísimo en sus primeras etapas de ejecución, miles de empresas y negocios se cerraron, se perdieron miles de empleos y se observaron pérdidas millonarias para el sector público y privado. Hay quienes dicen el fin justifica los medios y años después hemos visto buenos resultados, sin embargo esa es la visualización mediocre de aquellos que no tienen la capacidad de evaluar los daños previo a ejecutar un plan y lograr la mejor capitalización de las oportunidades al menor costo y pérdidas.

También podemos mencionar aquel famoso proceso de depuración policial que llevó a despidos masivos de uniformados. Este proceso en un inicio mostró como resultados indicadores de fortalecimiento del crimen organizado y así podríamos ir mencionando muchos casos como el hecho de que a medida se encarece el costo de le energía más reducidos son los tiempos previo a los cortes masivos de electricidad en el sector residencial, así también otras decisiones apresuradas y políticas implementadas con inmediatez en el sector educación y salud, que han sido nocivas para el estado y para la empresa privada por la falta de socialización previa.

La investigación previa, la consideración de proyectos pilotos generadores de aprendizajes en materia de riesgos previo a la implementación, la creación de una estructura capaz de socializar con todos los actores y sectores cada cambio, un cronograma claro de tiempos para implementar el A,B y C de cada proyecto y el establecimiento de KPIS de resultados acompañados de las partidas de oportunidad  presupuestarias que soporten los números de los primeros periodos de tiempo, son vitales para la obtención de los mejores resultados posibles.

El bienestar social se construye cuando logramos los mejores resultados al costo más bajo para los sectores promotores de la productividad y el empleo. La eficiencia en el manejo del costo no necesariamente debe ser una lápida de castigo para la sociedad y el rescate de las empresas no necesariamente deben significar el linchamiento de otras empresas.

La ciencia y la investigación acompañados de una profunda y mesurada reflexión a la hora de establecer los tiempos de socialización e implementación de un proyecto, nos darán una ventaja competitiva creadora de bienestar para todos los sectores.

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