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Honduras
lunes, abril 21, 2025

SIN VENDAS: Y llovió

Sí don, me dijo ella, ¡ya era tiempo! Con ese cachimbo de humo que nos estamos hartando, no es de extrañar que todos andan con mocos y tos de chucho y si le suma “la calor” -como decimos aquí- se siente así merito, como si estuviera limpiando la hornilla por dentro y encendida, remató riendo con ganas porque aún es gratis, supongo.

¿Sabe?, me dijo de manera pícara, yo solo soy una vieja que trabaja como jovencito para llevar la tortilla a la casa, para ajustar aunque sea la media libra de frijoles, porque todo está por las nubes, no hay pisto, como dijo aquel comandante, me imagino que las Prados y los viajes se los han dado fiados, pero nosotros, los que no ajustamos, los que nos toca caminar, los que hemos estado poniendo el físico, hervidos lentamente, los que ni sabemos cómo encender un aire acondicionado, porque a puras cachas a ventilador llegamos, eso sí, cuando deciden poner la luz, porque ahora estamos igual que en la capital que pasan en vela viendo a qué horas echan unas gotitas de agua, pues aquí ahora pasamos rogando a qué horas alguien de la empresa de luz se le ocurre apretar el dichoso botoncito para que funcione el dichoso ventilador, ¿se imagina compa lo que es estar ahogándose sofocado?, el papá de mi vecina, un señor ya sazón, simplemente no aguantó, se ahogó en sus jugos, cabal como si le hubiesen apretado el gaznate, aunque lo sacaron a la hamaca, estaba igual de caliente, bueno, cuando a uno le toca le toca, es cierto, pero creo que deberían tener más humanidad y preocuparse porque en situaciones como las que vivimos, no empiecen con los benditos mantenimientos, mi finado esposo decía que con tanto mantenimiento íbamos a tener la mejor red eléctrica del mundo jajaja, y aquí estamos todos sofocados y de remate ahogados por el humo,  viendo a qué horas se le ocurre al don apretar el botón.

Estos bárbaros, dijo, cómo se aprovechan de todo, ya me imagino que van a empezar a subirle a todo, al recibo de la luz, que casi nunca viene, al del agua que ahora llega más ‘raleadita’, allí andan subiéndole a lo que se les ocurra, de entrada, la gasolina, ya va a ver, la cosa es hacer billete y el bendito pueblo, gobierno popular y qué ocho cuartos, lo que importa es la marmaja en sus bolsillos, me dijo.

Anoche medio llovió, una lluvia medio tímida, como con miedo de aparecer aquí, casi como si le diera miedito que le cobren por mojar esta tierra, pero llovió algo, los palitos más secos que mi cuenta de banco y eso es bueno, se regaron todos, pensamos que se iba a enfriar la cosa y que el humo se iba a ir, pero ya ve, me dijo señalando con los labios como hacemos aquí, si se pone a pensar, me dijo, eso da risa, es como el alegrón que nos dieron ya hace más de un año, que todo iba a cambiar, pero hasta ahorita, la verdad, solo el color de la bandera, que está bonita así, pero solo fue el alegrón de tontos, porque todo es lo mismo. Así quedamos ayer, don, me dijo, uno dijo gracias a Dios que ya llovió, que todo va mejorar, más frescura, menos humo, ya llovió, dijimos en la casa, alegres, pero ya ve, dijo, con una sonrisa cansada, sigue lo mismo.

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