Cada día trae su propio afán. Si tan solo pusiéramos un poco más de atención a esta frase, no nos empeñaríamos en angustiarnos, preocuparnos, mortificarnos hoy, por cosas de las que ya hemos decidido ocuparnos mañana. Pondríamos todos nuestros sentidos en esto que nos toca resolver hoy y seguramente lo resolveríamos de mejor manera.
Por esto y mucho más, es importante ponerle una “fecha de caducidad” a nuestros objetivos, ya sabe usted, hacer un plan de acción bien organizado para lograr eso que queremos lograr y poner una fecha “tope” para alcanzar esa meta. Pero, también es importante poner una fecha para comenzarlo. Si hacemos esto, veremos cómo nosotros mismos evitamos ponerle mucha mente al asunto, porque ya hemos decidido comenzar con eso en otro momento, no ahora. Y aquí es donde debo insistir en mantener una libreta y lápiz al alcance, no solo para escribir las metas, objetivos y fechas sino también por si se nos viene alguna que otra idea para aquello que tenemos programado empezar en el futuro (“lo que busco me persigue”, dice Alejandro Jodorowsky), escribimos esa idea, se queda en papel y ya, seguimos con lo que nos está ocupando el día de hoy.
Vivir en la ansiedad de lo que ocurrirá o no ocurrirá mañana, no es una buena idea. Ya todos sabemos de los estragos que causa en nuestra mente y organismo en general, la ansiedad (que no es otra cosa, que la prolongación del miedo): pensamientos catastróficos, aislamiento, alteraciones en el sistema gastrointestinal, caída de cabello, manchas en la piel, dolores de cabeza o espalda recurrentes y la lista continúa.
Más o menos los mismos estragos que causa la tristeza de mantenerse en la melancolía del pasado. También hemos hablado de que la tristeza y el miedo son emociones naturales y necesarias que tienen ambas un objetivo de adaptación y supervivencia, la prolongación de estas emociones es lo que resulta dañino para nosotros. Necesitamos entonces prestar atención para no vivir en la aflicción del pasado ni en la zozobra del futuro.
El aquí y ahora es lo que debe ocupar todas nuestras energías si queremos salir bien librados de los desafíos que nos presenta el día de hoy.
Continuando con Jodorowsky, genial escritor chileno, haríamos bien en escucharlo cuando nos sugiere: “No te crees angustias, si el combate es mañana, no vivas hoy con los puños cerrados”.