San Pedro Sula. El caso de Nicol Sarahí Villeda Velásquez, una niña de 13 años que fue encontrada sin vida en un solar baldío de la colonia Pineda 1, en La Lima, Cortés, continúa estremeciendo a la comunidad.
Nuevas revelaciones han salido a la luz sobre los momentos previos a su desaparición y el hallazgo de su cuerpo.
La desaparición
La tragedia comenzó el domingo 22 de diciembre, cuando Nicol asistió junto a su tía paterna a un baby shower en la casa de su padre, ubicada en la misma colonia donde vivía.
Según familiares, alrededor de las 9:00 p.m., la menor fue vista por última vez parada en una esquina, a pocos metros de la vivienda.
La abuela de Nicol recordó que la niña había notado un vehículo sospechoso en el área.
«La niña dijo que el carro había pasado como tres veces. Era un carro color caqui», relató.
Poco después, los familiares escucharon gritos desgarradores. «Escuchamos que gritó ‘¡ayuda, ayuda!’, pero cuando salimos a buscarla, ya no estaba», narraron con tristeza.

El hallazgo del cuerpo
Para el jueves 26 de diciembre, cuatro días después de su desaparición, el cuerpo de Nicol fue encontrado en un solar baldío en la misma colonia.
La densa vegetación dificultó su localización, pero al fondo del terreno, los investigadores dieron con la escena.
De acuerdo con reportes preliminares, el cuerpo llevaba aproximadamente 72 horas en descomposición, lo que sugiere que la niña fue asesinada el mismo día de su desaparición.
El cadáver estaba boca arriba, con el short bajado y la blusa levantada. Aunque no se encontraron signos evidentes de abuso sexual, las autoridades esperan que la autopsia confirme o descarte esta posibilidad.

Sospechas e investigación
La Dirección Policial de Investigaciones (DPI) ha iniciado las pesquisas, deteniendo a un vecino para tomarle declaración.
Según las primeras hipótesis, el crimen podría haber sido cometido por alguien conocido por la familia, dada la proximidad del lugar del hallazgo y las circunstancias del caso.
El dolor de una familia
La familia de Nicol está devastada por la pérdida. «Ella estaba llena de sueños, era una niña muy alegre y estaba comenzando a caminar en los caminos de Dios», expresó su padre.
Su abuela, aún conmocionada, recordó con tristeza el momento en que Nicol le mencionó el vehículo sospechoso que rondaba la zona.
«Era una niña especial, muy cariñosa. La queríamos mucho», lamentó entre lágrimas.
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Exigencia de justicia
El caso ha generado un clamor de justicia en la comunidad de La Lima, que se ha unido para exigir que las autoridades esclarezcan los hechos y lleven a los responsables ante la justicia.
La muerte de Nicol no solo ha dejado una profunda herida en su familia, sino que también ha encendido las alarmas sobre la seguridad en las comunidades y el riesgo al que están expuestos los menores.
El recuerdo de Nicol sigue vivo, y su caso se ha convertido en un llamado urgente para proteger a los más vulnerables.