Redacción. Desde el pasado martes, se encontraron cientos de bolas negras en dos playas de Sydney, Australia, lo que llevó al cierre temporal de estas áreas hasta determinar su origen.
El alcalde de Randwick, Dylan Parker, informó que «el ayuntamiento está trabajando en estrecha colaboración con la Autoridad de Protección Ambiental de Nueva Gales del Sur para desarrollar un plan de limpieza y un proceso seguro de eliminación de estos residuos».
Las autoridades comenzaron a recolectar estas bolas, que son del tamaño de una pelota de golf y presentan una textura pegajosa, tanto en la arena como en el agua.
En cuanto al origen de las bolas, se sospecha que podrían ser de petróleo, posiblemente debido a una fuga en un ducto o un derrame de un barco.
«Los resultados preliminares de las pruebas realizadas por el ayuntamiento de Randwick indican que el material es un contaminante a base de hidrocarburos, consistente con la composición de las bolas de alquitrán», agregó.
La Sociedad para la Conservación Marítima de Australia ha advertido que los animales marinos podrían estar en peligro por estos residuos, especialmente tortugas y ballenas jorobadas.
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«Las bolas de alquitrán pueden persistir en el entorno marino durante largos períodos, y hasta pequeñas cantidades pueden alterar las cadenas alimentarias, afectando a organismos desde el plancton hasta los depredadores más grandes», indicó la organización.
Además, la sociedad destacó que los animales marinos pueden sufrir daños si ingieren estos residuos.