Olancho, Honduras.- Considerado el departamento más extenso de Honduras, Olancho es una tierra rica en paisajes naturales, legado arqueológico y vibrantes tradiciones.
Con ciudades encantadoras como Juticalpa, Campamento, Catacamas y Santa María del Real, esta región ofrece una experiencia única a viajeros que buscan aventuras, cultura y contacto con la naturaleza.
Campamento: Café, ríos y naturaleza viva
El pintoresco municipio de Campamento es reconocido por su producción de café de alta calidad, pero también por sus atractivos turísticos como el Puente del Río Guayule, un punto de encuentro ideal para quienes disfrutan de la tranquilidad del campo hondureño. Este destino combina hospitalidad, sabor y paisajes que enamoran.
Cuevas de Talgua: Misterio milenario bajo tierra
Conocidas como las “Cuevas de las Calaveras”, este sistema de cavernas es uno de los mayores orgullos arqueológicos de Honduras. Ubicado en Catacamas, este sitio revela vestigios humanos y artefactos prehispánicos que datan de más de 2,000 años, ofreciendo un vistazo fascinante al pasado ancestral de la región. Las visitas guiadas permiten a los turistas explorar los pasadizos de la cueva y conocer las historias que guardan sus muros de piedra.
Catacamas: Entre tradición y modernidad
Este municipio se consolida como un centro productivo y turístico. Las plazas llenas de vida, sus paisajes verdes y su emblemático Cerro de la Cruz, donde se erige una monumental cruz que domina el horizonte, convierten a Catacamas en un destino imperdible.
Uno de los sitios más visitados de la ciudad es el Cerro de la Cruz, una colina que regala una de las mejores vistas de Juticalpa y sus alrededores. Subir sus escalinatas se ha vuelto una tradición local, especialmente durante festividades religiosas.
Juticalpa: Cultura viva y panoramas
En el corazón de Olancho se encuentra Juticalpa, ciudad que alberga la imponente Casa de la Cultura, un edificio con historia que remonta al siglo XIX. Originalmente propiedad de Don José Melitón Sarmiento y Teodora Ávila Alemán, este inmueble se ha transformado en un centro de arte, conocimiento y memoria histórica para el pueblo olanchano.
Santa María del Real: Historia colonial y leyendas
Este apacible pueblo guarda tesoros arquitectónicos como su iglesia colonial del siglo XVIII, que es testimonio vivo del legado religioso y cultural del país. Rodeado de naturaleza, es ideal para caminatas, exploración de cuevas y escuchar las leyendas sobre tesoros escondidos que han pasado de generación en generación.
Parque Nacional Sierra de Agalta: El pulmón verde de Olancho
Este parque nacional es una joya ecológica que se extiende por miles de hectáreas. Sus bosques nubosos, ríos cristalinos y rica biodiversidad lo convierten en un paraíso para el ecoturismo. Es hogar de especies endémicas y refugio de fauna en peligro de extinción, y representa uno de los principales pulmones verdes de Honduras.
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