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domingo, junio 30, 2024

Papel y lápiz

Que “no hay apego sin miedo, dependencia sin humillación ni vicios sin esclavitud”, nos asegura el Dr. Walter Riso, psicoterapeuta, autor, académico, entre otros talentos y ocupaciones.

Es muy importante analizar si nos estamos relacionando con alguien desde el lugar del miedo, si es así, si descubrimos que de solo imaginarnos que podamos perder a ese alguien, nos palpita más rápido el corazón, se nos cruzan pensamientos catastróficos que nos desvivimos por “bloquear”, que se trata de un tema que usted no toca ni de broma, una especie de tabú o tal vez si lo hace es con frases como esas de que “nunca me he imaginado mi vida sin él (o ella)” o “en mi vocabulario no existe la palabra separación”, o peor aún “mi vida ya no tendría sentido sin esta persona”. Si reconoce alguna de estas frases o alguna otra muy parecida, usted podría estar experimentando alguna especie de apego inadecuado, disfuncional. Y este mismo miedo, este apego le podría llevar a tener conductas que empujen a la otra persona a comenzar a imaginarse la vida sin usted, a incluir la palabrita en su propio vocabulario y no solo a entender poco a poco que hay vida después de usted, sino que hasta desear esa vida.

Luego si usted está muy consciente de padecer algún tipo de dependencia con respecto al otro, seguramente puede recordar y con mucha claridad esas ocasiones en las que le han hecho sentir menos de alguna manera, en que se han aprovechado de ese depender suyo. Parafraseando de nuevo al Dr. Riso, “el poder afectivo en una relación no lo tiene el más alto o el más guapo, lo tiene el que necesita menos al otro”. Y encima de esas sensaciones tan desagradables de sentirse de algún modo humillado, está el sentimiento de culpa que siente cada vez más seguido, por permitirlo.

Y por último, pero no por eso menos importante, encontramos esta realidad, entre más vicios, más amos. Entonces aquello del “libre albedrío” es una especie de espejismo para uno, una ilusión, porque muchas de nuestras acciones nos encaminan a hacer aquello que en el fondo sabemos que no queremos seguir haciendo, pero también ahí mismo, sabemos o creemos que no somos capaces de dejar de hacerlo. Entonces comenzamos a sufrir de algo que en psicología llamamos disonancia cognitiva, que es esa situación en la que el pensamiento, las palabras y las acciones no se ponen de acuerdo, no tienen coherencia o congruencia manteniéndonos en un estado de ansiedad bastante peligroso para nuestra psique.

Sugiero tomar papel y lápiz para anotar que nuestro próximo proyecto consistirá en dejar atrás los apegos, la dependencia, los vicios. Aprender a relacionarnos con los otros y con nosotros mismos de una manera más sana, más bonita… más disfrutable.

Emy James
Emy James
Emy James, psicóloga y Máster en Educación, escritora a nivel profesional. Trabaja en teatro y radio y es también docente.
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