Ciudad de Panamá. Un nuevo acuerdo de cooperación firmado entre Panamá y Estados Unidos para reforzar la seguridad en el Canal de Panamá ha generado una ola de críticas y encendido el debate sobre la soberanía del país.
El memorando de entendimiento, firmado a inicios de abril por el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, y el ministro panameño de Seguridad, Frank Ábrego, contempla la presencia rotativa de tropas estadounidenses en tres antiguas bases militares y da prioridad de paso gratuito a buques militares de EE.UU. por el Canal.
Aunque el gobierno panameño ha defendido el acuerdo, argumentando que no implica cesión de territorio ni violación de la soberanía.
Mientras, sectores de la oposición, académicos y analistas independientes han expresado su preocupación.
Señalan que este pacto representa un retroceso histórico y un riesgo para la neutralidad del Canal, principio consagrado en los tratados Torrijos-Carter firmados en 1977.
“Quinta frontera”
El politólogo Ricardo Herrera Hazera, profesor de la Universidad de Panamá, fue categórico al comparar el nuevo escenario con la era de la “quinta frontera”, periodo en el que, dijo, “los panameños fuimos ciudadanos de tercera clase en nuestro propio territorio”.
Según el académico, el acuerdo revive la sensación de sometimiento que vivió el país durante más de siete décadas.
Esto, cuando Estados Unidos controlaba directamente la Zona del Canal y establecía bases militares en suelo panameño.
“Nos costó más de 70 años recuperar nuestra soberanía y ahora estamos retrocediendo”, advierte Herrera Hazera.
Agrego: “Estados Unidos ya está interpretando este acuerdo como una especie de nuevo tratado del Canal, mientras en Panamá se le presenta como un simple acuerdo administrativo”.
Lea también:
Falta de transparencia
Además, el especialista critica la falta de transparencia del gobierno panameño sobre el contenido y el alcance del memorando, y considera que este tipo de pactos solo benefician a los intereses geopolíticos de Washington, particularmente en su intento de contrarrestar la creciente influencia china en la región.
Lea también: ¿Podría Trump quitarle el Canal a Panamá?
El presidente José Raúl Mulino ha negado cualquier interferencia extranjera, afirmando que “los chinos no son problema en Panamá”, en referencia a las presiones de EE.UU. para frenar la participación del país en la Ruta de la Seda promovida por Pekín.
Aun así, en febrero, el mandatario anunció la no renovación del acuerdo con China, gesto que fue interpretado como una alineación con los intereses estadounidenses.
Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha sostenido que el Canal “debe recuperarse”, y el actual acuerdo parecería enmarcarse en ese discurso.

Trump también ha afirmado que el Canal está en decadencia, algo que el politólogo panameño desmiente.
“El Canal está en su mejor momento gracias a las inversiones panameñas. Ha sido administrado de forma eficiente y reconocido a nivel internacional”.
Para muchos panameños, este nuevo acercamiento militar con Washington evoca una etapa de dominación extranjera ya superada.
“Si nos costó tanto recuperar el control, ¿qué nos asegura que ahora será diferente?”, concluyó Herrera Hazera.