La palabra “lumpen” es un término proveniente del término alemán Lumpenproletariat, que se traduce como «proletariado de andrajosos o de harapientos”. Este grupo vive en condiciones laborales por debajo de las del proletariado. Debido a su vulnerabilidad, es susceptible de ser influenciado por las clases poderosas para apoyar sus proyectos a cambio de supervivencia. Se refiere al sector social más bajo en terminología marxista. Está compuesto principalmente por individuos socialmente degradados, marginados o no integrados en la sociedad. La migración procedente de África que llega a España no puede ser considerada lumpen.
En la actualidad la falta de participación de la migración africana en la economía formal y su “acceso limitado a la educación y a las oportunidades laborales” que el sistema ofrece puede convertir a esta población ya de por si vulnerable en lumpen. Este grupo a menudo forma parte de la economía informal, ejecutando trabajos precarios sin garantías laborales al margen del poder estatal. Además, la marginalidad social del colectivo citado; puede perpetuarse de forma generacional…
La mayor parte de la inmigración recibida por España –excluyendo a la procedente de países europeos tiene, como característica, un nivel bajo o medio de cualificación y formación, sobre todo, en el caso de la migración procedente de África, que ha encontrado un hueco ocupacional en el sector de los servicios (comercio, hostelería, distribución, transporte, servicios domésticos, construcción y agricultura) trabajos que no necesariamente demandan una alta cualificación. La disponibilidad de estos nuevos trabajadores en edad activa, alimentó en su momento el boom inmobiliario español (1998 a 2006) que habría sido imposible sin la existencia de esta de mano de obra y que; ahora nutre una economía basada en los servicios.
Tomando como referencia el PIB per cápita, en España solo ha crecido el 5,7% en el periodo 2001-2021, frente a incremento del 15,6% en la eurozona y del 22,65% en la Unión Europea, según datos del Banco Mundial. La distancia de España con los países más ricos del área euro ha aumentado y el PIB per cápita español sigue por debajo del resto de países que ya formaban parte de la UE… ¡La baja productividad de la economía española! es señalada habitualmente como uno de sus problemas estructurales, mientras las olas migratorias de población con cualificación media-baja se enfocan en el sector servicios. ¡Un país receptor de migración debe ofrecer mejores condiciones económicas a los que llegan! Si lo que pretende es progresar…
Por otra parte, como se constata estos informes del Real Instituto Elcano y del Banco Mundial, los inmigrantes tienen menores tasas de ocupación que los autóctonos…cuando se comparan los grupos de edad por actividad económica (25 a 64 años) los africanos; generan mayores tasas de paro.
La Encuesta de Población Activa del Instituto Nacional de Estadística (INE) 4º trimestre de 2023) habla de un 15% de tasa de desempleo para los inmigrantes varones extracomunitarios, frente a un 10% para los españoles y un 11% para los comunitarios. Las diferencias son mayores en el caso de las mujeres (tasas de paro del 22% para las extracomunitarias, 12% para las españolas y 17% para las comunitarias).
Mientras tanto, España sigue en el limbo conceptual de entender qué tipo de migración debe atraer a su mercado laboral y de cómo afrontar los problemas relacionados con las altas tasas de abandono escolar de las segundas generaciones de migrantes, la amenaza que esto supone para el futuro y el impacto directo sobre el sistema sanitario y de pensiones.
Un crecimiento del empleo basado en “bajos salarios” –y por tanto bajas cotizaciones en el sistema de seguridad social puede causar desigualdad y pobreza, de igual manera incrementará los problemas políticos en contra de las poblaciones migrantes. El crecimiento del empleo inmigrante debe desarrollarse de la mano de una política social integradora, que busque las mejores condiciones para migrantes y nacionales; no se puede ver al migrante como una persona sin futuro, condenada a los trabajos que no quieren hacer los españoles; no son lumpen.
España tiene un problema con la migración proveniente de África. Por lo general las personas procedentes de este continente, llegan a Europa por la frontera sur española (Ceuta y melilla) en unas condiciones bastante lamentables. Para ellos todo resulta complicado, el viaje, el idioma, la integración y su desarrollo humano; nada es fácil para los africanos. Al margen de las dificultades, sufrir racismo, xenofobia y marginación, es parte de la pesada mochila que tienen que cargar los que llegan del otro lado del mediterráneo.
Lamentablemente el debate migratorio está secuestrado por “cuestiones numéricas”, “datos” para los medios de comunicación, como son el reparto de los llegados por vía marítima, los Menores no Acompañados (“MENA”) repatriados, refugiados y los inmigrantes irregulares… cuando el problema es otro…
Entonces, ¿Cuál es el tipo de migrantes que necesita España? Pues la respuesta no es fácil, porque eso depende en gran medida del mercado laboral y del modelo económico de una nación y en ese apartado España tiene mucho por hacer… El modelo económico basado en sol y playa no parece ofrecer suficientes oportunidades laborales a los que llegan, tampoco el sector servicios, menos la industria que cada día languidece más.
No será mejor preguntarse ¿Qué modelo económico existe y como insertar los trescientos mil migrantes que el país necesita cada año; sin desfavorecer a los locales? La migración será actualidad durante los próximos años. Y los migrantes cada vez más necesarios…