Washington.- Tres cachorros de lobo genéticamente modificados, creados para parecerse a los extintos lobos gigantes o “lobos terribles”, ya trotaron, durmieron y aullaron por primera vez en un lugar no revelado de Estados Unidos, según informó la empresa de biotecnología Colossal Biosciences, que busca revivir especies desaparecidas.
Los lobos, de entre tres y seis meses de edad, poseen un espeso pelaje blanco, mandíbulas desarrolladas y un peso de alrededor de 35 kilos, con la expectativa de alcanzar hasta 63 kilos en la adultez, según explicaron el lunes los científicos responsables del proyecto.
Su apariencia recuerda a los lobos gigantes que habitaron América del Norte y se extinguieron hace más de 10.000 años.
Aunque el anuncio ha causado revuelo, expertos independientes advierten que aún estamos lejos de lograr una verdadera «resurrección» de especies extintas.
“Lo único que puedes hacer ahora es hacer que algo se parezca superficialmente a otra cosa”, afirmó Vincent Lynch, biólogo de la Universidad de Buffalo, quien no participó en la investigación.
Para lograr este hito, los científicos de Colossal analizaron ADN antiguo extraído de fósiles de lobos gigantes: un diente de 13.000 años hallado en Ohio y un fragmento de cráneo de 72.000 años encontrado en Idaho.
A partir de ese material genético, y utilizando la tecnología CRISPR, modificaron 20 sitios específicos en células sanguíneas de un lobo gris vivo, indicó Beth Shapiro, directora científica del proyecto.
El material genético modificado fue insertado en un óvulo de perro doméstico. Luego, los embriones resultantes fueron implantados en madres sustitutas —también perras— y, tras 62 días de gestación, nacieron los tres cachorros.
Colossal ha anunciado previamente proyectos similares con miras a recrear animales extintos como los mamuts lanudos y los dodos, mediante ingeniería genética en especies actuales.
Sin embargo, más allá del aspecto físico, los expertos señalan que es imposible replicar por completo el comportamiento o la función ecológica de un animal extinto.
“Probablemente nunca aprenderán el movimiento final de cómo matar a un alce gigante o un gran ciervo”, explicó Matt James, experto principal en cuidado animal de Colossal, quien recordó que estos cachorros nunca interactuarán con lobos gigantes salvajes.
El CEO de Colossal, Ben Lamm, reveló que el equipo sostuvo reuniones con funcionarios del Departamento del Interior de EE. UU. a finales de marzo.
El secretario del Interior, Doug Burgum, calificó el proyecto en la red social X como parte de una “nueva era emocionante de maravilla científica”.
No obstante, los científicos advierten que traer de vuelta a estos depredadores no significa recuperar su papel en el ecosistema.
“Cualquiera que sea la función ecológica que el lobo terrible desempeñó antes de extinguirse, no puede desempeñar esas funciones en los paisajes existentes de hoy”, concluyó Lynch.
Este experimento biotecnológico reabre el debate sobre los límites éticos y científicos de la «desextinción», en un mundo donde la naturaleza y la tecnología se encuentran cada vez más entrelazadas.