El digno y estimable respeto al principio de legalidad es el producto de la siempre impulsiva y valerosa forma de actividad que resulta ser una orgullosa manifestación de los tienen el privilegio de gobernar a los pueblos.
El sagrado postulado de legitimidad y justicia no es favorecer a unos pocos personajes, sino que al contrario, es el establecimiento de planteamientos que conduzcan dentro de un futuro promisorio a la estricta observancia de los ajustes vitales y operaciones ineludibles para satisfacer las necesidades absolutas o relativas que reclama de manera merecida la población.
Las elementales características de un movimiento de cambio, la experiencia, el trabajo eficiente y los conocimientos indispensables o precisos, con la precaución debida, producen los resultados deseados o ambicionados con el convencimiento requerido de lograr, un agrupado beneficio combinado por entero; es decir, sin distinción o exclusión de ninguna naturaleza.
El establecimiento de circunstancias de credibilidad frente a la complicada época que vivimos, conduce sin lugar a equívocos, a la convivencia feliz y armónica, caminando para vencer los obstáculos, limitantes o determinados inconvenientes en el curso de los repentinos sucesos o inesperados acontecimientos que vivimos, a efecto de tratar de variar la paz social y la integral armonía, que a su vez, permite mantener los principios elementales hacia un desarrollo sostenible financiero, cultural, artístico, colectivo y económico de gran significación.
Conviene señalar que el catálogo o bien el cuadro de conquistas populares se concreta con singular intensidad, con altas dosis de moralidad y con impresionantes obras que instituyan una dimensión de aptitud patriótica o fervorosa; sin embargo, hay que contar con el apoyo del pueblo cuya acreditada fuerza y concordia influyente, solidaria y armónica, conducen a eliminar o erradicar lenta y paulatina los enormes problemas económicos, sociales, culturales, artísticos, financieros, de salud, de instrucción y demás de similar circunstancia o condición.
Es incuestionable que para la realización de proyectos de interés comunitario, resulta necesario contar con funcionarios y empleados capaces, con alto sentido de responsabilidad, probidad y ejemplar trabajo, que son factores determinantes o indispensables en la solución de la problemática planteada.
Tenemos que defender la soberanía nacional con certificado sentido patriótico, vigorizado con lazos de amistad y relaciones comerciales como fructuosas o imparciales, educativas, anheladas oportunidades de trabajo o empleo, cuestiones artísticas, didácticas y remanentes de similar parecido, con todas las naciones del mundo, por medio de convenios o tratados internacionales, sin perjudicar los altos intereses de nuestro querido país.
Las artificiosas formas de certeza y persuasión sin compromisos, demuestran una bien intencionada unión y desprendida firmeza gubernamental, confianza en las instituciones y la genuina unidad de la familia hondureña.
Nuestra querida patria Honduras de conformidad con la Constitución de la Republica en su artículo 189 dice: “El Poder Legislativo se ejerce por un Congreso de diputados, que serán elegidos por sufragio directo”. En consecuencia, es un sistema unicameral; es decir, la existencia de una sola Cámara de representantes del pueblo en proporción a los habitantes de cada uno de los 18 departamentos que tiene la nación.
Ajusta o conviene recordar que en los años 1960 y 1970, estos simbólicos representantes del pueblo, solo ganaban la cantidad de mil quinientos lempiras. Hoy ganan NOVENTA MIL OCHOCIENTOS lempiras, los propietarios con las dietas y otras prerrogativas. Por eso, en aquel período, a cierto diputado lo compraron o tomaron por mil quinientas razones. Lo que significa que por la suma de mil quinientos lempiras antes referida se llegó a cometer una cantidad incierta de supuestos abusos a las verdaderas funciones de un Padre de la Patria.