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lunes, abril 21, 2025

Más allá de la violencia

Las relaciones sociales juegan un papel de vital importancia para posibilitar la movilización política porque vinculan a las personas en redes de confianza y brindan un sentido de pertenencia, afirmación y sentido de propósito. Sin embargo, es mucho menos claro por qué algunos individuos que están socialmente conectados con individuos con actitudes afines hacia la violencia, y que experimentan las mismas condiciones estructurales, no tienen las mismas actitudes. Es interesante explorar los factores que podrían explicar por qué algunas personas rechazan la violencia a pesar de tener vínculos cruciales (es decir, amistad, parentesco o relación romántica), con individuos que tienen actitudes afines hacia la violencia y a pesar de pertenecer al mismo estatus social. Los hallazgos sugieren que los violentos tienden a tener puntos de vista más estrechos y menos sofisticados, están menos comprometidos y están más motivados por la búsqueda de sentido en la vida que las personas que rechazan la violencia. Es decir, que la búsqueda del placer, tener y poder al precio que sea es lo redituable para la satisfacción de su propia consciencia.

La familia es la institución más crítica en nuestra sociedad. La dinámica interna de la familia puede tener efectos tanto positivos como negativos en la sociedad. Existe la percepción de que la violencia ocurre solo en familias socialmente desfavorecidas. Sin embargo a violencia doméstica (por ejemplo) ocurre en todos los sectores de la sociedad, independientemente de los aspectos culturales, religiosos, sociales, legales y económicos.

La violencia provoca trastornos y afecta todos los niveles del desarrollo de la personalidad del ser, sus esferas afectiva y cognitiva, así como su conducta.  A menudo los niños en Honduras son testigos de la violencia hacia su madre. En tales circunstancias, el trauma psicológico puede ser mucho más fuerte que si el niño mismo se convirtiera en objeto de abuso. No está claro si la violencia doméstica es un evento traumático, ya que existe una amplia variedad de eventos que cubren el abuso infantil y la violencia doméstica. La violencia doméstica incluye la agresión física o emocional de al menos un miembro de la familia como víctima y otro como delincuente.

Las habilidades cognitivas de las víctimas se ven influenciadas por la violencia y el abuso experimentados, cualquier violencia actúa como desencadenante de cambios en los procesos fisiológicos y neurobiológicos y conduce a trastornos permanentes en las estructuras cerebrales y de allí que es difícil la rehabilitación carcelaria y menos con nuestros sistemas que deben ser corregidos de manera integral.  Es la semblanza de dónde nace el problema y dónde es que se pude prevenir o resolver, es en la familia. De ahí depende la sociedad entera y eso también deben considerarlo para en un futuro la sociedad hondureña no necesite estar con el agua al cuello para decretar estados de excepción y perseguir a aquellos niños que sufrieron violencia en su temprana edad con hogares desintegrados.

Las políticas estatales para la familia, para mantener esa unión proporcionando lo esencial, eso jamás provocaría el resquebrajamiento de la misma y por ende la destrucción de la sociedad.

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