Nuestro pueblo parece mal acostumbrado a pasarla mal como si eso fuera un dictado de algún tipo de ente dentro del ego, dentro del psique o quizá sea por estar creyendo permanentemente en las mentiras oficiales. Ahora que la tormenta-huracán Julia está saliendo de Honduras dejando las mismas consecuencias debido a la vulnerabilidad del país pero que esta tampoco se quiere solucionar por la causa de siempre: politiquería. Ya los pobladores hondureños no quieren seguir con esa dinámica maligna de salir corriendo y como una frase paradójica, huir de su propio hogar. Es increíble la indiferencia e incapacidad inveterada del funcionario público, claro que, con honrosísimas y raras excepciones.
Ahora no se trata nada más de anunciar a Honduras como país vulnerable, esa es mala propaganda para la inversión extranjera y ya dejar de tener la mentalidad del mendigo internacional y de tener un auto concepto de paria transnacional que pasa todo el tiempo extendiendo la mano cuando nuestro país se puede volver fuerte simplemente con planes audaces de reconversión de la producción en el campo, asegurando la capacidad de la tierra y protegiéndola de tantos embates naturales.
No se desea seguir leyendo u oyendo esa cantaleta de echarle la culpa a “los doce años de dictadura” y eso del “golpe de Estado”. Eso, honestamente ya nos sabe a estupidez, como la frase famosa de que a la primera es gracias y a la segunda ya es tontería. Lo deseable, francamente (como el título de la columna de nuestra dilecta editorialista), es escuchar soluciones y planes de trabajo, así como ya estamos viendo, llenos de esperanza, del comienzo de los trabajos para las construcciones de las ansiadas represas para la protección del Valle de Sula, pero que también que sean terminadas y bien hechas.
Queremos saber en concreto de un plan, cosa que se ha reclamado desde el inicio de este Gobierno, de desarrollo económico y no estar amenazando con el bendito socialismo ya que eso es algo que nuestra gente detesta claramente, no quieren saber de comunismo ni las tonterías que se hacen en países totalitarios, sean de derecha o izquierda. Ya son tiempos de redes sociales, de comunicación en tiempo real, accesible y asequible. La población está mejor informada y mejor educada. Si se dio el voto a la señora de Zelaya fue más debido a la coyuntura de no querer seguir ya con lo anterior, y eso, aunque es meritorio, no se le ha devuelto aun al pueblo ese despegue económico y también debemos decir que tampoco en el tema de seguridad.
Mientras esa tormenta se va, lo que sigue es de verdad, con honestidad, levantarnos todos como pueblo y ponernos a trabajar como Dios manda, con alegría y esperanza de un mejor mañana, y así dejaremos de estar aparejados con Haití y Nicaragua, pero que también esos pueblos tomen su propia determinación para salir de donde están. Trabajar es lo que sigue, no hay de otra y que ya dejen de estar espoliando al pueblo con esos discursos tan insensatos, Honduras no los necesita.