Redacción. Seis personas fueron detenidas en una investigación sobre una red de fraude enológica que supuestamente vendía vino francés falso por hasta 15.000 euros (US$ 16.300) por botella.
La policía italiana llevó a cabo registros en 14 propiedades, confiscando grandes cantidades de botellas de vino, etiquetas falsificadas de prestigiosos viñedos franceses y máquinas utilizadas para volver a tapar las botellas, según un comunicado de Europol publicado este martes.
Además, se incautaron equipos electrónicos valorados en 1,4 millones de euros (US$ 1,5 millones) y más de 100.000 euros (US$ 109.000) en efectivo.
Europol indicó que el vino falso fue producido en Italia, luego enviado a un aeropuerto italiano y exportado para su venta a precios de mercado a comerciantes de vino legítimos en todo el mundo.
Las técnicas utilizadas por los falsificadores revelaron un vínculo con una investigación previa que concluyó en 2015, relacionada con un estafador ruso.
Según un comunicado de los fiscales franceses, un hombre ruso de 40 años, que ya había sido condenado por un fraude similar bajo otra identidad, también estuvo implicado en esta investigación.
Vendieron muchos vinos
Los fiscales señalaron que la red logró vender un «gran volumen de grands crus franceses» valorados en más de 2 millones de euros (US$ 2,18 millones).
Un juez en la ciudad francesa de Dijon ha acusado a un ciudadano francés de fraude y blanqueo de dinero, mientras que el ciudadano ruso se presentará ante el mismo juez.
La investigación fue liderada por la Gendarmería francesa, con la colaboración de los Carabineros de Italia y la Policía Federal Suiza.
Stuart George, fundador y director general de Arden Fine Wines, una empresa londinense especializada en vinos añejos y raros, comentó que es complicado obtener cifras precisas sobre el fraude en vinos finos, ya que esta actividad tiende a ser encubierta.
El aumento en la demanda de vinos finos en el siglo XXI ha motivado a los estafadores. «Cualquier objeto valioso, ya sea una pintura o una botella de vino, puede ser objeto de falsificación», afirmó George.
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Además, destacó que muchos consumidores no pueden distinguir lo auténtico de lo falso, lo que facilita el fraude.
Mejorar el conocimiento y la formación en la industria es esencial para combatir este problema.
George sugirió que sería beneficioso tener una mayor capacitación sobre las características de las botellas de vino auténticas, especialmente las más antiguas.
«Al final, todo se reduce a la integridad y la competencia», añadió.
En octubre de 2020, la policía italiana desmanteló otra red que producía vino Sassicaia falsificado, considerado uno de los mejores del mundo y que se vende a precios elevados.
Los funcionarios de la Guardia di Finanza informaron que la sofisticada operación embotellaba vino de calidad inferior en un almacén cerca de Milán, utilizando etiquetas meticulosamente reproducidas y cajas provenientes de Bulgaria.