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jueves, julio 4, 2024

La lancha de don Pedro

¡Solo fíjese cómo estaremos de amolados compa! Si dicen que los de arriba no se les llenó un chonguengue que se tenían, como que invitaron a los grandes cabezones, los meros meros para que llegaran a gritar consignas y oír discursos de esos que le echan la culpa a los demás y no ver cómo se arregla la cosa, pero como que nos les llego nadie fíjese, a mí no me consta, no me regaron máis.

Lo que sí me consta es cómo estamos de amolados, eso sí, solo me acuerdo de allá de mi pueblo, una vez salieron a faenar tempranito, en una barca, bueno, más cayuco, dicen, y cuando estaban tirando las atarrayas, como que empezó a entrarle agua, y todos angustiados empezaron a ver cómo llegar a la costa, y cabal que ponen al bendito don Pedro, que era el más chispa, se supone, el dueño de la barca y el más leído, el jefe pues, a ver cómo resolvían el asunto, antes que se los desayunaran los tiburones; y el señor me dijo, echándose una carcajada de león alegre, solo se sentó en medio a ver cómo entraba el agua y decir que estaba pensando cómo arreglar el asunto. Nambe compa, si uno quiere un líder que, aunque le toque una barca que hace agua, se ponga las pilas y vea cómo navegar hacia la orilla y tratar de mejorar la cosa, no sentarse a ver cómo entra el agua sin hacer nada, ¡cabal como aquellos que la han regado como campeones!, hasta los de dizque las mismas ideas se les han dado vuelta y no digamos la cosecha nacional, que todos los días se les van para otro lado. Aquí estamos igual que la dichosa barca, haciendo agua por todos lados y nada más, el país para el fondo del mar y los que, se supone, que están arriba, para que la cosa funcione, ¡muy bien, gracias!

Es cierto, algunos hacen amagos, hacen como que están haciendo, hasta bañando caballos salen, pero no se les ve lustre y los que pasan en el palacio, pues todos desabridos también. Tal vez ese fiestón vacío que tuvieron sea una indirecta no tan indirecta, una forma de decirles que ya se les perdió la fe y que ‘gracias por participar’. Tal vez entiendan que cuando a uno lo ponen al mando de una barca que hace agua en medio del mar, es de ponerse a hacer para que se pueda llegar a puerto y no sentarse a pensar o echarle la culpa hasta el finado 18 Conejo, es de ver cómo se repara y mejora en el camino, no hacer lo que hacen, porque -de plano- así solo terminarán de desayuno de los animalitos del mar.

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