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Honduras
sábado, abril 19, 2025

La imperiosa urgencia de transformar las instituciones

Una atmósfera se presenta en la retina de la gente con resplandecientes señales y vigorosos vientos que revelan el crujir de soberanos y justos reclamos de alta proyección,
como reproducción maravillosa que conduce por nuevos derroteros de luz intermitente, con diversidad de matices que agitan palmas y laureles para recoger la función peculiar de un nuevo porvenir concretado en obras y no simples palabras, o bien, escuetas frases sin sentido de un renacer hermoso y destino promisorio.

La cristalización de obras de valioso y sustancial mejoramiento para todos, es indispensable para el mantenimiento de la tranquilidad social, la portentosa confianza pública y el fiel cumplimiento de acciones efectivas, transformadas en obras de beneficio colectivo, sin lugar a dudosos caracteres, y al mismo tiempo, contribuyan al genuino desarrollo paulatino y seguro de nuestra querida Nación.

Los gobernantes hondureños tienen la necesidad de elevar el nivel cultural y educativo del pueblo, mediante la edición de libros o textos que aporten conocimiento, esperanza y sensatez de enérgica utilidad, adosada o adyacente con principios morales, políticos, espirituales y éticos.

No es posible soportar un horizonte gris de incertidumbre y confusión, en perjuicio de una juventud mal orientada, la constante adición o complemento a las drogas y otras
sustancias psicotrópicas, forja o genera un desaliento, presentando indudablemente una execrable y odiosa imagen deprimente, presente en varios espacios de la geografía nacional.

Frente a este panorama hay que modificar los moldes o modelos sobre los cuales se ha venido trabajando, siendo los maestros o instructores los principales orientadores de los alumnos o educandos; la obligatoriedad de pedir o exigir la lectura de los libros de interés inclinados estos planteamientos destinados a la formación humana, cívica y moral.

En tal orden de pensamientos, un catálogo de bienestar relumbra o brilla con la finalidad de respirar un nuevo ambiente se respira y renace hermoso, desechando la desventura o desgracia de la humanidad, sembrado surcos de dignidad, decencia sin interrupciones o pausas el diálogo positivo y sincero humedecido de un provechoso y conveniente cambio para mejorar sin compromisos o ataduras de ningún género.

Una atingente salud con medicamentos o insumos necesarios, dotada de instrumentos modernos recobran altos fulgores dentro de los escenarios nacionales, enfilando la mente de los hondureños con anticipado espejo y proporción equitativa, proporcionando el alivio que tanto anhelamos y no fue arrebatado por años de corrupción en épocas o períodos pasados constituyendo una indeseable afrenta y ultraje manifiesto para la toda la población.

La afluyente fuerza y el fiel apoyo del pueblo, mediante armónica creatividad, conduce a erradicar moderadamente los grandes y complicados problemas económicos, sociales, financieros y otros de similar condición que tenemos, mismos que no permiten la realización de programas o proyectos de interés comunitario.

Se tiene que señalar que la responsabilidad, la honradez, la capacidad y el trabajo eficiente de los empleados y funcionarios, es factor determinante y primordial en la solución de la insegura, confusa e indeterminada problemática planteada.

Defendiendo siempre la soberanía nacional con auténtico sentido patriótico, se robustecen los lazos de amistad y las relaciones comerciales, culturales, educativas, artísticas con todos los países del mundo, acorde con la experiencia y estricta obediencia a las leyes, estableciendo y firmando convenios o acuerdos sin lesionar los más caros intereses del país.

Concierta recordar que según el artículo 171 de la Constitución de la República: “La educación impartida oficialmente será: gratuita y la básica será, además, obligatoria y
totalmente costada por el Estado”.

Este es un derecho humano de gran transcendencia y decretado por la oportuna lucha de todos los sectores y fragmentos sociales con el objeto de vivir decentemente y de merecida forma o preferible consideración.

En suma, el significado histórico y las constantes luchas populares, reclaman con imperiosa urgencia la necesidad de transformarlas instituciones, reconociendo los verdaderos o indiscutibles valores que tenemos, con genuina libertad  y respeto a los principios democráticos y las libertades públicas.

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