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lunes, abril 21, 2025

La excelencia requiere de práctica y manejo de las emociones

Convertirse en expertos en cualquier profesión, arte u oficio demanda un considerable esfuerzo y dedicación. Para erigirse como referentes en cualquier aspecto de nuestra vida personal o profesional, es necesario invertir numerosas horas en preparación, tanto técnica como emocional. Esto implica aprender a manejar la frustración, superar el miedo al fracaso y practicar de manera perseverante.

Cuando degustamos una deliciosa comida, de esas que nos llenan nuestra alma y el estómago, pensemos en el tiempo que le tomó a la persona que la elaboró prepararla, para que tuviera ese sabor. Detrás de un resultado positivo, hay un gran trabajo y dedicación.

Es cierto que, en muchas empresas de servicios, como restaurantes, a veces se contrata personal sin el entrenamiento adecuado, lo cual puede afectar la calidad del servicio al cliente. En el caso de los meseros, por ejemplo, es fundamental contar con habilidades de atención al cliente, capacidad para manejar situaciones difíciles y conocimiento sobre los productos y procedimientos del establecimiento. En nuestro medio es frecuente que a las personas se les contrata y no se les brinda el entrenamiento adecuado en este tipo de actividades.

Antes de la era de las redes sociales, las personas que tenían programas de televisión o radio en los países desarrollados, tenían que estar autorizados y contar con la preparación adecuada, ahora con la descentralización de los medios, básicamente cualquier persona puede dirigirse a las masas, haciendo uso de las redes sociales. La preparación académica o técnica de los “influencers” no es determinante para que tengan millones de seguidores, un mundo diferente, donde la audiencia son menos exigentes para informarse.

Pero ¿qué pasaría si este relajamiento de las redes sociales llegara a profesiones como las Ciencias Médicas, la Ingeniería Civil o en la conquista del espacio? Sería más obvio, porque quizás muchas personas fallecerían por la falta de preparación del equipo médico, los edificios colapsarían más seguido y los satélites espaciales dejarían de funcionar apropiadamente, nos quedaríamos a nivel mundial sin telefonía, radio o datos.

Los que hemos nacido en países en desarrollo como Honduras, estamos muy habituados a ver cómo no funciona adecuadamente el suministro de electricidad, agua potable y la recolección de desechos. Aquí el asunto va más allá de la preparación adecuada, porque sí hay profesionales capaces de administrar exitosamente cualquier empresa estatal, el problema tiene raíces en la corrupción, así que eso amerita un artículo aparte.

Volviendo al tema de trabajar en la adecuada preparación para alcanzar la excelencia, se debe invertir tiempo, dinero y dedicación. Antes de iniciar en un puesto de trabajo, es necesario recibir un entrenamiento, independientemente si ya tenemos experiencia en el área, porque necesitamos también adaptarnos a la cultura empresarial. Conocer además la política y procesos de la organización.

¿Por qué los hondureños que viven en países desarrollado se adaptan y tienen éxito? Porque aprenden a seguir las normativas que se les exige y lo hacen de manera inteligente, saben que la preparación tiene un precio, que la mayoría de las veces se obtiene con mucho sacrificio, salvo si alguien ya nació en “cuna de oro” o está seguro que con preparación o sin ella logrará las cosas porque es un experto en manipulación y está bien “enchufado” en la política. De lo contrario, las personas “normales” debemos demostrar con hechos que sí sabemos hacer las cosas con excelencia y si somos mujeres, nos toca brillar todavía más para ser tomadas en serio, debemos dar la milla extra, a veces se convierte en una maratón completa.

«No he fracasado. He encontrado 10,000 maneras que no funcionan». Benjamin Franklin, fue un inventor y político norteamericano.

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