Qué queremos hacer este año que recién comienza versus qué haremos realmente. ¿Sería bueno no? tener una bola de cristal anunciando lo que será y no será, así no nos ocuparíamos tanto en lo que no podrá ser y nos enfocaríamos en lo que sí se podrá y en hacerlo lo mejor que podamos.
Y si esta adivinación fuera un poco más allá y nos hiciera ver claramente quienes son las personas con las que nos cruzaremos en el transcurso de estos 365 días, podríamos prepararnos mejor de lo que seguramente estamos en estos momentos.
Pero no, la realidad es que no tenemos idea de qué cosas sucederán y que gente nos encontraremos en este jovencísimo 2025. Sabemos qué queremos y qué no y eso es todo.
¿Pero y si, hacemos un pequeño jueguito? Tomar nota de cada persona “nueva” que llegará a nuestra vida en cuanto haga acto de presencia.
Nos acostumbraremos a andar siempre un cuadernito con nosotros. Entonces escribiremos nuestra primera impresión sobre él o ella y la manera en que quisiéramos relacionarnos con este desconocido.
Todo esto incluirá la fecha en que suceden los hechos. Si es alguien en el trabajo,
por ejemplo, y nos ha parecido como “mala onda”, probablemente escribiremos que
aquí nos mantendremos a distancia, que lo mantendremos todo a nivel profesional.
Cuando en cambio, se trate de alguien que nos ha inspirado confianza desde el principio, tal vez decidamos que quisiéramos formar una amistad con este alguien.
Algo parecido podemos hacer con aquellos que se irán de nuestras vidas (tocamos
madera para que sean solo partidas en términos geográficos o emocionales).
Esto quiere decir que si un buen amigo o amiga, pareja, familia muy querida o compañero de estudio o trabajo se aleja por la razón que sea; cambia de trabajo, de escuela, de ciudad o país o, el lazo de afecto que nos mantenía juntos se rompió, escribiremos inmediatamente cómo preferimos actuar ante esto.
Podemos confesarle al papel lo que estamos sintiendo y si nuestro deseo es actuar de acuerdo con esa emoción o si preferimos mantener nuestros sentimientos bajo control y actuar de una manera propia, prudente, una que con el pasar del tiempo no nos haga sentir avergonzados, culpables o deprimidos sino todo lo contrario.
Al llegar diciembre podremos leerlo y darnos cuenta de que debemos fiarnos de nuestra intuición pero que a veces nos equivocaremos en nuestras primeras impresiones, mientras tanto habremos hecho terapia durante todo el año,
Pero sobre todo entenderemos que está en nuestras manos actuar de tal o cual manera, solo tenemos que decidirlo, que de alguna manera esa esfera de cristal no es del todo una fantasía y que una buena parte del tiempo funcionará de acuerdo a nuestra voluntad.
Corramos entonces por nuestro cuadernito, que la oportunidad de tener un año
más claro y luminoso comienza ya!
