La Iglesia Aposento Alto, ubicada en la colonia El Pedregal de Tegucigalpa, enfrentó un desalojo este martes, en medio de una profunda crisis institucional y una disputa legal con la organización religiosa Asambleas de Dios.
El conflicto se remonta a 2021, tras el fallecimiento del pastor fundador Luis Alberto Calix. Desde entonces, la comunidad ha atravesado divisiones internas respecto a la dirección de la iglesia.
En 2022, Lastenia, viuda de Calix, asumió como pastora interina, pero posteriormente fue separada por las Asambleas de Dios debido a diferencias en torno a la gestión financiera y la falta de rendición de cuentas, según informó la organización.
La controversia se ha intensificado, alcanzando un punto crítico con una orden de desalojo que, según los miembros de la iglesia, representa una injusticia.
Marlon Arévalo, representante legal de Aposento Alto, expresó que se trata de una “estafa ideológica”, alegando que la condición impuesta al fallecido pastor para afiliarse a la confederación religiosa fue transferir el inmueble a nombre de las Asambleas de Dios.
“Por más de 28 años trabajamos para construir esta iglesia. Vendimos nacatamales, pupusas… ellos no pusieron ni un ladrillo aquí”, afirmaron feligreses entre lágrimas.
Señalan que no están dispuestos a abandonar el templo que consideran suyo. La comunidad ha manifestado su disposición a resistir pacíficamente el desalojo, alegando que se trata de una imposición injusta.
Del otro lado, la versión oficial contradice estas afirmaciones. Lisandro Ochoa, representante legal de la parte que reclama la propiedad, aseguró que “en juicio se ha demostrado que la Conferencia Asamblea de Dios es la legítima propietaria del inmueble”.
A su vez, Mario, pastor de las Asambleas de Dios, sostuvo que el templo seguirá siendo utilizado por los mismos miembros de Aposento Alto, y que su organización busca únicamente proteger el derecho legal sobre el edificio.
Sin embargo, miembros de la congregación insisten en que se les está arrebatando un lugar levantado con esfuerzo comunitario.
“Las Asambleas de Dios obligan a los pastores a poner las escrituras y cuentas de ahorro a su nombre, pero ellos no dieron ni un cinco para construir esta iglesia”, denunció una feligrés de la colonia El Prado, donde también hay miembros de Aposento Alto.
La falta de consenso entre las autoridades eclesiásticas y la comunidad ha impedido hasta ahora una solución pacífica.
Las autoridades policiales presentes en el lugar afirman que cumplirán la orden judicial de desalojo, mientras los feligreses reiteran su determinación de defender lo que consideran su patrimonio espiritual y comunitario.
El futuro de Aposento Alto pende de un hilo, en una disputa que evidencia las tensiones entre estructuras institucionales religiosas y la base comunitaria que, durante décadas, construyó con sacrificio su espacio de fe.
La Iglesia Aposento Alto del Pedregal emitió un comunicado en el que anuncia su separación oficial de la Conferencia Evangélica de las Asambleas de Dios en Honduras, al tiempo que denuncia intentos por parte de dicha organización de apropiarse de su templo.
