San Pedro Sula. Este Año Nuevo, los hondureños han celebrado la llegada del 2025 con la emblemática quema de los “monigotes”, una tradición que simboliza la voluntad de dejar atrás las penas y dificultades del año que concluye.
Este ritual, que reúne a familias y vecinos en un ambiente festivo y esperanzador, se ha consolidado como un evento significativo en la vida comunitaria.

Los monigotes, elaborados de manera artesanal con materiales reciclados como papel periódico, trapos y cartón, adornaron las calles de diversos barrios y colonias de ciudades de Honduras.

Aunque la escasez de pólvora limitó los tradicionales estruendos de fin de año, la creatividad de los hondureños se destacó con diseños.
De esta forma, representando a figuras públicas, personajes históricos y eventos polémicos.

José García, jugador del Olimpia
En el barrio La Leona de Tegucigalpa, uno de los monigotes más comentados fue el del jugador de Olimpia, José García.
Quien fue recordado por un autogol decisivo en un clásico que benefició al rival Motagua.
Además, en otras zonas de la capital, se reflejaron personajes del ámbito político, económico y social, mostrando el ingenio y sentido del humor característicos de esta tradición.

A la medianoche, los monigotes se convirtieron en cenizas, un acto simbólico que, conforme a historiadores, representa la libertad.
Asimismo, la prosperidad y el deseo de dejar atrás lo negativo para dar paso a un nuevo año lleno de oportunidades.
Lea también: Mel Zelaya y Xiomara Castro serán quemados en año viejo
Aunque esta práctica tiene raíces que se remontan a la época de la conquista, sigue siendo una de las tradiciones más vivas y esperadas por los hondureños.

El comienzo del 2025 trae consigo un espíritu renovado en Honduras, donde la unión comunitaria y el optimismo son pilares esenciales para enfrentar los desafíos del nuevo año.