Tegucigalpa. Honduras registra en lo que va del año 174 casos de muertes violentas en mujeres, la cifra coloca al país con la mayor tasa de femicidios en América Latina, según Migdonia Ayestas, coordinadora del Observatorio Nacional de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
De estas muertes, más del 95 % permanecen impunes, lo que resalta la urgencia de implementar políticas efectivas de prevención y justicia, destacó Ayestas.
Pese a una leve disminución en comparación con el año anterior, la alarmante cifra evidencia la grave crisis de violencia de género que azota a la nación.
Una de las estrategias sugeridas para enfrentar estas muertes, es que las autoridades hondureñas adopten medidas más efectivas y con un enfoque de género para abordar la problemática, según la organización.
“La implementación de políticas públicas que prioricen la protección de las mujeres y la justicia para las víctimas es fundamental, para romper el ciclo de violencia”.
De acuerdo con analistas en el tema, las estadísticas destacan un problema social profundamente enraizado en la cultura patriarcal del país, que cada día se agrava.
“Es terrible porque no sólo tenemos que hablar de cifras, sino también de vidas de familias que están desconsoladas y que no hay acceso a la justicia”, expresó Ana Cruz, directora de la Asociación Calidad de Vida.
La violencia va más allá
Cruz declaró que la violencia contra las mujeres en Honduras va más allá de los feminicidios.
Agregó que en las comunidades donde trabajan han atendido casos de mujeres violadas, maltratadas y las que no logran huir de sus lugares son asesinadas, pero que no se reflejan en las estadísticas oficiales.
Lara Bohórquez, coordinadora de la Unidad de Investigación Feminista del Centro de Derechos de Mujeres (CDM), enfatizó que las muertes violentas de mujeres en Honduras están marcadas por una clara razón de género.
Según Bohórquez, “siempre se desvaloriza la muerte violenta de mujeres porque, primero, son mujeres, y segundo, porque son menores en cifras”.
La desvalorización contribuye a la normalización de la violencia de género, donde el ensañamiento en los asesinatos de mujeres es un reflejo del odio que algunos hombres sienten hacia ellas.
Impunidad
La impunidad en los casos de femicidio es alarmante con más del 95 % que quedan sin resolver, lo que refleja una grave falta de acción por parte del sistema de justicia.
Respecto a lo anterior, existe la falta de implementación del protocolo latinoamericano de investigación de muertes violentas de mujeres, lo que ha llevado a que muchas muertes se clasifiquen erróneamente como homicidios, diluyendo así la gravedad del problema.
La falta de voluntad política para abordar la crisis se hace evidente en la ausencia de medidas preventivas y en la inacción del Gobierno.
A pesar de que organizaciones internacionales han instado a Honduras a tomar medidas concretas, la realidad es que las instituciones encargadas de proteger a las mujeres, no han mostrado un compromiso real para erradicar la violencia de género.