Según las proyecciones realizadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento de los países de la región centroamericana tendrán un débil crecimiento.
El texto describe un panorama económico donde, tras superar varios shocks, los países de la región vuelven a sus niveles de crecimiento potencial, aunque este es bajo.
Se espera que el crecimiento se modere en 2024 y 2025, mientras la inflación disminuye paulatinamente.
Dado que las brechas de producto e inflación casi se han cerrado, la recomendación es ajustar la combinación de políticas, pues la política monetaria aún es restrictiva y las finanzas públicas requieren fortalecimiento.
La consolidación fiscal es crucial para recuperar margen de maniobra en las finanzas públicas.
Esto implica reducir el déficit y la deuda pública, aunque protegiendo la inversión en áreas clave como infraestructura y programas sociales. Este enfoque busca balancear la disciplina fiscal con el apoyo al crecimiento económico y al bienestar social.
Proyecciones de crecimiento del FMI para América Central en 2025
- Costa Rica: 3.5 %
- El Salvador: 3.0%
- Guatemala: 3.6 %
- Honduras: 3.5 %
- Nicaragua: 3.8 %
- Panamá: 3.0 %
- República Dominicana: 5.0 %
Esto contribuiría a normalizar la política monetaria y a afianzar la credibilidad y la resiliencia de los marcos de políticas.
La mayoría de los bancos centrales están en condiciones de proceder a la relajación monetaria, de forma que se logre un equilibrio entre eludir el riesgo de nuevas presiones sobre los precios y evitar una contracción económica excesiva.
Se prevé que el crecimiento a corto plazo se mantenga cerca de su promedio, históricamente bajo, debido a problemas persistentes no resueltos, como la escasa inversión y el bajo crecimiento de la productividad, y a los cambios demográficos.
Lo preocupante es que el programa de reformas en curso es considerablemente reducido y podría conducir a un círculo vicioso de bajo crecimiento, descontento social y políticas populistas.
Para evitar esta situación hay que continuar con las reformas. Mejorar la gobernanza —mediante el fortalecimiento del Estado de derecho, la mejora de la eficacia del gobierno y la lucha contra la delincuencia— es una prioridad que abarca todos los ámbitos del crecimiento.
Para promover la acumulación de capital hay que mejorar el clima de negocios, promover la competencia y fomentar el comercio exterior.
También es necesario ampliar la inversión pública y hacerla más eficaz. Para mantener una fuerza laboral dinámica y potenciar la productividad es necesario abordar la informalidad y flexibilizar los mercados laborales formales, entre otras cosas, para que puedan adaptarse a las nuevas tecnologías. Incrementar la participación de las mujeres puede ayudar a ampliar la fuerza laboral y contrarrestar los cambios demográficos.