San Pedro Sula. La tormenta tropical Sara, que azotó Honduras en la temporada de huracanes de 2024, ha dejado al descubierto la gran vulnerabilidad del país frente a los fenómenos naturales.
De acuerdo con el Informe sobre Riesgos Globales 2024 del ForoEconómico Mundial, Honduras, por su ubicación geográfica y topografía, es uno de los países más expuestos a eventos extremos, como huracanes, inundaciones, deslizamientos y derrumbes, que dejan a su paso desastres significativos.
Fotografías tomadas de Copeco.
Daños provocados por Sara
Según la Comision Permanente de Contingencias (Copeco), la tormenta Sara dejó un saldo devastador: más de 16,700 personas damnificadas, 11,800 evacuados, 3,312 viviendas dañadas y 1,794 comunidades incomunicadas en 15 departamentos del país.
Las zonas más afectadas fueron los departamentos de Atlántida y las Islas de la Bahía, donde las lluvias torrenciales.
El puente de Río Grande, en San Francisco de Orica, Francisco Morazán
Mismas que iniciaron el 14 de noviembre, causaron severos daños en infraestructura, incluyendo el colapso del puente Saopín en La Ceiba.
El Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami, catalogó el paso de Sara como un «evento catastrófico» para Centroamérica.
Afectando a más de 123,000 personas y dejando un rastro de destrucción en 68 municipios hondureños, con un total de 37,000 familias perjudicadas.
Un país en la lista de los más vulnerables
Honduras es considerado uno de los países con mayor riesgo ante desastres naturales, según el Informe Mundial de Riesgo 2023, que ubica al país en la posición 29 a nivel global.
Con un índice de riesgo de 16.79 y un nivel de vulnerabilidad que alcanza el 31.95, el territorio hondureño se clasifica como de muy alto riesgo debido a su exposición y limitada capacidad de respuesta ante eventos extremos.
Expertos como Nabil Kawas, ex decano de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la UNAH, destacan que la combinación de una geografía montañosa y la falta de infraestructura resiliente agravan el impacto de los desastres naturales.
Imagen: Foro Económico Mundial
«Honduras es vulnerable por su topografía y ubicación en el Caribe, lo que nos expone a constantes eventos naturales», afirmó Kawas.
A su vez, subrayando la necesidad urgente de invertir en obras de infraestructura que reduzcan esta vulnerabilidad.
La necesidad de una respuesta más robusta
Desde el devastador huracán Mitch en 1998, que marcó un antes y un después en la gestión de desastres en el país, Honduras ha avanzado en la creación de planes de respuesta humanitaria.
No obstante, especialistas insisten en que aún queda mucho por hacer. Se requiere fortalecer las capacidades de respuesta rápida y enfocarse en la prevención y mitigación de desastres para reducir las pérdidas económicas.
De acuerdo con los expertos, por cada dólar invertido en preparación y mitigación se pueden ahorrar entre 7 y 15 dólares en costos de respuesta tras un desastre.
Los recientes estragos de la tormenta Sara, con 11 puentes destruidos y una red vial severamente afectada, ponen de manifiesto la urgente necesidad de mejorar la infraestructura para hacerla más resistente.
Ante el aumento de fenómenos naturales extremos a nivel mundial, Honduras debe priorizar la resiliencia y protección de sus comunidades para enfrentar futuros desafíos climáticos.