Un escalofriante crimen sacudió a la comunidad de Princeton, Nueva Jersey, el pasado sábado, cuando un hombre asesinó violentamente a su hermano y luego prendió fuego a un gato dentro de un apartamento cercano a la Universidad de Princeton.
Horror en la escena del crimen
El sospechoso, identificado como Matthew Hertgen, de 31 años, es un exatleta universitario de la Universidad de Michigan.
Según las primeras investigaciones, habría utilizado un cuchillo de cocina y un palo de golf para cometer el fratricidio.
Posteriormente, incendió al gato de la familia sin darle oportunidad de escapar.
El hecho fue descubierto alrededor de las 11:15 p.m., cuando una llamada al 911 alertó sobre un cuerpo y un incendio en el apartamento.
Para sorpresa de las autoridades, la llamada habría sido realizada por el mismo Hertgen.
Al llegar al lugar, los agentes encontraron una escena «espantosa». El cuerpo de la víctima, identificado como Joseph Hertgen, presentaba múltiples laceraciones y signos de violencia extrema.
Cerca de él, se halló un cuchillo ensangrentado, un tenedor y un plato, mientras que uno de sus ojos estaba ausente. Investigadores sospechan que el agresor pudo haberlo ingerido.
El gato de la familia fue hallado junto al cadáver del hombre, completamente calcinado.
Perfil perturbador del agresor
Días antes del asesinato, Hertgen había publicado en redes sociales un poema con referencias a la muerte, cuchillos afilándose y sangre brotando de sus ojos.
Aunque en su momento no despertó sospechas, estas publicaciones ahora cobran relevancia dentro de la investigación.
El acusado y su hermano vivían juntos en un apartamento cercano a la Universidad de Princeton.
Ambos habían sido deportistas universitarios y, posteriormente, se desempeñaron en diferentes campos profesionales.
Acusaciones y posible condena
Matthew Hertgen enfrenta cargos por asesinato en primer grado y crueldad animal, entre otros delitos.
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Su primera comparecencia ante la corte está programada para el próximo jueves, donde se definirá su situación legal.
De ser hallado culpable, podría enfrentar una condena de hasta 30 años de prisión, aunque la brutalidad del crimen y los cargos adicionales podrían llevarlo a una sentencia de cadena perpetua.