En el ser humano existe una diversidad de pensamientos y formas de concebir el mundo. Hay quienes creen que las sociedades podrían funcionar mejor si un mayor número de personas tienen acceso a la tecnología de manera gratuita y otros creen que todo debe ser pagado y que la comunidad debe esforzarse por comprarlos siguiendo los patrones de la oferta y demanda.
Para quienes promueven la democratización del conocimiento en sociedades con recursos limitados, las capacidades investigativas no deberían tener barreras económicas y técnicas. Las comunidades científicas que promueven el uso y desarrollo de software de código abierto se pueden considerar unos benefactores de la humanidad, unos verdaderos héroes sin capa.
Las “open science communities” o “comunidades de ciencia abierta” fomentan la colaboración abierta, la difusión del conocimiento colaborativo. De igual manera puede contribuir un europeo que un latinoamericano o asiático para la innovación o creación de un software.
Algunos ejemplos alrededor del mundo han creado R, un lenguaje de análisis estadístico y de visualización de datos. Python, un lenguaje que permite fácilmente combinar la inteligencia artificial en diversos campos de la computación. Julia, es otra herramienta más exclusiva para el computo científico.
Otro programa totalmente gratuito, JASP (“Jeffreys’s Amazing Statistics Program”, en español, “El Asombroso Programa Estadístico de Jeffreys”). Este nombre es un homenaje al estadístico británico Sir Harold Jeffreys, reconocido por sus importantes contribuciones a la estadística bayesiana”) este es financiado por la Universidad de Ámsterdam y otras universidades que buscan brindar a la comunidad científica internacional, se puede considerar un sustituto para quienes no pueden comprar SPSS, ya que tiene las mismas funciones, realiza análisis estadísticos, de manera sencilla y amigable con el usuario, cada vez más estudiantes e investigadores de escasos recursos hacen uso de el.
De la misma manera en que los investigadores encuentran soluciones a través de software de código abierto. Hay también alternativas para acceder a la literatura científicas en bases de datos reconocidas como Scopus o Web of Science, que tienen una gran cantidad de artículos pagados. En el año 2011, fue creada Sci-Hub, el objetivo fue derribar las barreras económicas, especialmente en países en desarrollo, por los altos costos que implica la compra de los artículos científicos.
Sci-Hub a diferencia de los softwares de código abierto, ha estado en medio de la controversia, las grandes editoriales como Elsevier los acusan de infringir la ley de derecho de autor, por lo que en algunos países está prohibida, pero esta sigue operando desde la clandestinidad, cambiando con frecuencia los dominios.
Un dato curioso es que la creadora, es una mujer originaria de Kazajistán, Alexandra Elbakyan considerada como una heroína de la ciencia abierta y una defensora del derecho universal al conocimiento, pero como una villana por las casas editoriales, porque les afecta su modelo de negocio.
Ante la prohibición de Sci-Hub, han surgido otras plataformas de carácter gratuito, que ayudan a miles de investigadores y estudiantes a tener acceso a las investigaciones, estas ofrecen acceso abierto, aunque algunas operan en la legalidad total (como DOAJ, CORE, OpenAIRE, arXiv) y otras, como LibGen o Z-Library, están en zonas legales más grises, similares a Sci-Hub. Contar con alternativas como software código abierto y bases de datos de libre acceso, tienen un impacto positivo en la comunidad de estudiantes e investigadores, especialmente en países en desarrollo. Se fomenta la innovación y la creatividad, permitiendo el equilibrio de los recursos necesarios, para incrementar los avances académicos.