Un fenómeno geológico sin precedentes está ocurriendo en África. Según expertos de la Sociedad Geológica de Londres, una grieta de 3,500 kilómetros que se extiende desde el Mar Rojo hasta Mozambique, conocida como el Rift de África Oriental, está dividiendo el continente en dos y podría llevar a la formación de un nuevo océano en el futuro.
Este proceso de separación, que podría tardar millones de años, transformará de forma radical la geografía africana.
Un proceso de millones de años en desarrollo
Aunque el fenómeno fue identificado con claridad hace unos seis años, su origen se remonta a 35 millones de años atrás, cuando tensiones en la litosfera —la capa más externa de la Tierra— comenzaron a debilitarla, creando fisuras.
Según la geóloga Lucía Pérez Díaz, investigadora en dinámica de fallas, la expansión tectónica ha debilitado la superficie terrestre.
De esa forma, permitiendo que material del manto ascienda y abra camino para la posible creación de un nuevo océano.
«Las fisuras que observamos hoy son la fase inicial de una ruptura continental; si continúan desarrollándose, podrían dar lugar a una cuenca oceánica en el centro de África», explica Pérez Díaz.

¿Por qué África se está separando?
El Rift de África Oriental, la fisura tectónica más extensa del continente, se originó por fuerzas horizontales que generaron tensiones en la litosfera africana.
Esta capa se ha ido estirando y adelgazando, lo que finalmente ha provocado su fractura.
Este proceso está acompañado de un fenómeno adicional llamado «superolaje africano», en el que una gran columna de material del manto terrestre asciende y debilita aún más la litosfera.
Como resultado, la región experimenta un aumento en la actividad sísmica y volcánica.
Aunque el ritmo de esta separación es extremadamente lento, con un avance de aproximadamente 6.35 milímetros por año, geólogos como Cynthia Ebinger, catedrática de geología, advierten que la velocidad podría cambiar en el futuro.
“El proceso podría acelerarse o detenerse dependiendo de las condiciones internas de la Tierra”, indicó Ebinger.

¿Cuándo se formará un nuevo océano?
A pesar de la actividad tectónica en la región, la división de África no sucederá de la noche a la mañana.
Según estimaciones de expertos, el continente podría tardar hasta 10 millones de años en dividirse por completo, creando una nueva cuenca oceánica similar al Mar Rojo o incluso una pequeña versión del océano Atlántico.
«La separación actual ocurre al mismo ritmo al que crecen las uñas de los pies», comentó Ebinger, resaltando la lentitud del proceso.
El geólogo Ken Macdonald también indica que la velocidad de este fenómeno puede variar, dependiendo de la dinámica de las placas tectónicas subyacentes.

Países afectados por la fractura tectónica
El Rift de África Oriental atraviesa al menos diez países africanos, afectando significativamente su geografía y aumentando los riesgos de actividad sísmica y volcánica.
Los países más impactados por esta fractura son Mozambique, Malawi, Tanzania, Zambia, Burundi, Ruanda, Uganda, República Democrática del Congo, Kenia y Etiopía.
A medida que la grieta se expande en diferentes direcciones, otras regiones podrían experimentar cambios geológicos notables en los próximos milenios.
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Un vistazo al futuro geográfico de África
Los geólogos predicen que la actividad tectónica que actualmente divide el continente dará lugar a la formación de dos bloques principales: el bloque Nubia y el bloque Somalia.
Con el tiempo, la separación de estas placas creará una gran cuenca oceánica entre ambos bloques.
Lo que modificará drásticamente la geografía de África, creando nuevas costas y cambiando el clima regional.
Este fenómeno es comparable al que sucedió hace millones de años cuando Sudamérica y África se separaron, resultando en la formación del océano Atlántico.
Aunque el proceso es lento, los efectos ya son visibles en la región, con un aumento en la actividad sísmica y volcánica debido al estiramiento de la corteza terrestre.
En el futuro, la división del continente podría transformar África de manera significativa, no solo en términos de su geografía, sino también en su economía y ecología.
Al crear nuevas rutas marítimas y costas adicionales que influirán en el clima y los recursos naturales disponibles para las futuras generaciones.