Fabio Lobo, hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo Sosa, fue liberado después de cumplir nueve años de prisión en Estados Unidos.
La jueza Lorna G. Schofield, firmó para Fabio Lobo su libertad con dos años de libertad supervisada y seguir las leyes de inmigración según las condiciones especiales dictadas por la corte.
Lobo había sido condenado en 2017 a 24 años de cárcel por su implicación en el narcotráfico, específicamente por conspirar para traficar cocaína hacia Estados Unidos.
Fue arrestado en 2015 en Haití durante una operación encubierta de la DEA.
Lobo fue señalado de haber utilizado su influencia como hijo de un presidente para facilitar las actividades del Cartel de Los Cachiros, una poderosa organización narcotraficante en Honduras.
Durante el juicio, se revelaron detalles sobre su colaboración con el cartel y el uso de sus conexiones políticas para asegurar el tránsito de drogas.
Fabio Lobo se declaró culpable en 2016, lo que resultó en una reducción de su condena.
Su liberación ha generado reacciones mixtas en Honduras, donde sigue habiendo controversia en torno a la relación entre políticos de alto nivel y el narcotráfico en el país.
A pesar de haber cumplido su condena en Estados Unidos, su liberación plantea interrogantes sobre su futuro y si enfrentará cargos adicionales en Honduras.
Este caso es uno de los ejemplos más visibles de cómo el narcotráfico ha penetrado en las esferas políticas de Honduras, un problema que sigue afectando al país.