En un giro inesperado que ha sacudido la política islandesa, la ministra de la Infancia, Ásthildur Lóa Thórsdóttir, presentó su renuncia el domingo, tras revelarse una relación que mantuvo hace 35 años con un adolescente.
La primera ministra, Kristrún Frostadóttir, aceptó la dimisión en una reunión del Consejo de Estado, que contó con la presencia de la presidenta Halla Tómasdóttir y otros ministros del gobierno.
Detalles de la relación
La emisora nacional RUV destapó la polémica la semana pasada, al revelar que Thórsdóttir, entonces de 23 años, tuvo un hijo con un joven de 16 años.
La relación se inició cuando el adolescente tenía 15 años, tras conocerse en un grupo juvenil de la iglesia.
Marco legal y justificación
Aunque la edad de consentimiento sexual en Islandia es de 15 años, la ley prohíbe las relaciones sexuales entre un adulto y un adolescente al que enseñe, emplee o asesore.
Thórsdóttir, en un comunicado, aclaró que no lideraba el grupo religioso, sino que era miembro, y que «las relaciones entre personas de esa edad no eran en absoluto infrecuentes, aunque no fueran deseables».
Afirmó que la relación duró solo unas semanas, pero el padre estuvo presente en el nacimiento del niño.

Demandas de paternidad y manutención
RUV informó que el padre buscó el acceso al hijo a través del gobierno y la iglesia, obteniendo solo visitas ocasionales, a pesar de haber pagado la manutención durante 18 años.
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Thórsdóttir alegó que el padre hizo pocos intentos por establecer una relación con su hijo.
A pesar de su renuncia al cargo ministerial, Thórsdóttir continúa como legisladora del Partido Popular, parte de la coalición gobernante liderada por la Alianza Socialdemócrata.
La primera ministra Frostadóttir elogió la rápida asunción de responsabilidad de Thórsdóttir.
Contexto islandés
Islandia, una nación insular volcánica con menos de 400.000 habitantes, posee uno de los parlamentos más antiguos del mundo, fundado en el año 930 por colonos vikingos.
Este escándalo ha generado un intenso debate público sobre la ética y la responsabilidad en la política islandesa.