SAN PEDRO SULA. En su mensaje de Navidad, el arzobispo de esta ciudad, Miguel Lenihan exhortó a los políticos que trabajen en armonía por el bienestar de Honduras porque la población los eligió para tener un cambio.
Cada año, los líderes de la iglesia católica exhortan a la población a seguir teniendo fe, amor y esperanza, además que se acerquen a Dios para que sus vidas sean transformadas.
El monseñor, también dijo que la iglesia y todos los compatriotas quieren escuchar buenas noticias y “gracias a Dios Navidad es un tiempo para anunciar las buenas noticias que Cristo ha nacido en Belén que Él es el príncipe de la paz que el viene para salvarnos.
Por esa razón es un tiempo de regocijo, de esperanza como católicos y cristianos nunca tenemos que perder esta esperanza que Dios está con nosotros”.
Asimismo, Lenihan pidió a los políticos que no defrauden a este pueblo porque son servidores públicos.
“El pueblo los ha puesto no para estar peleando ni buscando intereses propios sino pensar en Honduras, nuestro pueblo que pasa hambre, violencia, mucho sufrimiento y, dolor. Les pedimos que piensen en este pueblo y que no sean personas indiferentes al sufrimiento”,
sugirió.
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LEGISLAR CON AMOR
A renglón seguido indicó que “necesitamos que los políticos trabajen con alma y corazón para remediar muchas ilusiones, pobreza, violencia, hambre que hay en
este país”.
Desde el arzobispado, el monseñor lamentó que muchas veces los políticos son una decepción y esperábamos grandes cosas, pero “poco a poco estamos perdiendo la
esperanza porque los políticos nos han decepcionado desde lo más altos hasta los más pequeños”.
Por último, expresó que como “cristianos les pedimos que sirvan con amor porque todo es posible con la ayuda de Dios, si hay buena voluntad. Para este nuevo año las expectativas son que esperamos que haya una conversión en el corazón de ellos y espero que Cristo
nazca en los corazones de los políticos porque tienen que dejarse convertir y abrir sus corazones”.
«Es urgente actualizar la buena noticia de la navidad, es decir, volver la mirada a Cristo que es él que nos trae la paz a nuestros corazones, familia y sociedad. Queremos que la alegría del Emmanuel renueve nuestros corazones».
Miguel Lenihan, arzobispo de esta ciudad