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viernes, junio 28, 2024

“El viaje del héroe”, el desafío

Desde niño, uno de los “buenos vicios” o predilección casi adictiva que he tenido es la lectura de la famosa revista “Selecciones del Reader’s Digest”. Así, con el ánimo de edificar un buen ser humano, me atrae aprender de personas que hacen cosas excepcionales por otros y por ello me encantaba la sección “Héroes entre nosotros” en la cual destacan o resaltan el buen hacer de gente ejemplar, y en ese afán he procurado imitar a los buenos, aunque, debo admitir, no siempre lo he logrado.

Rememoro mis primeras lecturas tras la más reciente navegación en el océano de conocimiento que, para mí es el Internet (cada quien escoge en dónde y cómo abrevar y nutrir su acervo) y un texto denominado el “Viaje del héroe” captó mi atención.

Y es que soy un convencido de que los héroes están por todas partes, ayudan a los demás y son quienes hacen lo mejor que pueden cada día, especialmente cuando su actividad es ayudar a los demás.

Un héroe es alguien que dedica su vida a algo más grande que uno mismo, conozco algunos, con unos he conversado, a otros les he dado la mano y a otros, como a Eduardo Maldonado, lo veo solidario siempre, sirviendo a diario, liderando a su enjundioso equipo. Esta semana lo vi abandonar la comodidad de sus estudios televisivos y, literalmente, con el agua hasta la cintura, proveer a muchos en calamidad por el desbordamiento de los ríos en el departamento de Valle. Ojalá que como él hubiese más que compartieran el resultado de su esfuerzo, la cosecha de su siembra.

El “Viaje del héroe”, también conocido como “monomito” es una definición acuñada en el libro “El héroe de las mil caras”, del aclamado crítico literario Joseph Campbell, en 1949.

Campbell, influenciado por el psicoanalista Carl Jung, discípulo de Sigmund Freud, sugirió que los seres humanos están programados para darle sentido al mundo que lo rodea buscando una narrativa satisfactoria.

Este estudioso de la mitología y la religión comparada, diseñó una estrategia sencilla para ayudar a vivir con plenitud, es decir, encontrarle más significado a la vida.

El objetivo es transformar la manera en que se ve la propia historia. Creerse el protagonista que puede salir victorioso de una crisis decisiva y regresar con la lección aprendida.

De acuerdo con una investigación de la Asociación Estadounidense de Psicología, cuando las personas comienzan a ver sus vidas cotidianas como “búsquedas heroicas”, reportan menos depresión y pueden afrontar mejor los desafíos.

Kurt Gray, uno de los líderes de la investigación y profesor de psicología social, afirma que eso les permite a las personas pensar de una manera específica en su vida y así se les ocurren mejores mecanismos para afrontar los problemas y los efectos son enormes.

Así se descubrió que las personas que tenían más elementos en sus historias reportaron más significado en la vida, más prosperidad y menos depresión. Es algo como remodelar o restaurar la vida.

En pocas palabras, el viaje del héroe es la evolución de la persona. Es su proceso de embarcarse en una aventura, enfrentarse a un desafío y superarlo para convertirse en un mejor individuo, normalmente mejorando también el bien mayor en el camino.

En su libro, Campbell diseñó una guía de 17 pasos que, expertos resumieron a siete los cuales permiten atender el desafío que el héroe debe aceptar. La tarea es abrumadora y el resultado es desconocido…

  1. Un protagonista principal (cada quien).
  2. Un cambio de circunstancia (algo sucede en la vida, por ejemplo, emprender una aventura que no resulta como se esperaba).
  3. Una búsqueda de la solución (trata de encontrar respuestas, ¿cómo salir de la crisis?)
  4. Los aliados que lo apoyan (pueden ser amigos, familiares o cualquiera que esté de su lado).
  5. Un desafío (algo que se proponga hacer).
  6. Una transformación personal (lo que se aprende para lograr el desafío).
  7. Y un legado como resultado final (es decir, el aporte de tus decisiones para el entorno).

Los estudios confirmaron que esta intervención restauradora funcionó y ayudó a las personas a ver su vida como el viaje de un héroe, lo que a su vez hizo que esa vida pareciera más significativa.

Los destinatarios de la intervención también informaron de un mayor bienestar y se volvieron más resilientes frente a los desafíos personales.

Lo que ocurre es que, con ese viaje, quienes lo emprenden ven su vida de otra manera, es algo así como remodelar o restaurar tu vida.

Con esta estructura en la cabeza, dicen los expertos, es más fácil mantenerte motivado y desafiarse a sí mismo, y aunque quizás nunca se llegue a ser un héroe de verdad, cada quien sí puede contribuir a mejorar su historia y la de quienes le rodean.

¿Aceptan el desafío de ser su propio héroe?, si lo intenta, aunque pierda, siempre habrá ganado, después de todo es mejor batallar que no hacer nada y seguir viviendo igual o mal, sintiéndose peor.

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