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sábado, abril 19, 2025

El país más innovador del mundo

El último Índice Global de Innovación de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) ofrece una visión interesante sobre este tema, situando a Suiza como líder mundial, por encima de potencias como Estados Unidos y China.

Este ranking sorprende porque no solo evalúa la producción de patentes y el gasto en investigación, sino también otros aspectos, como la inversión en capital humano y la adopción de tecnología.

En el caso de Suiza, destaca cómo un país pequeño puede ser líder en innovación al maximizar sus recursos y estructurar un ecosistema que fomente la investigación y la propiedad intelectual.

Este modelo sugiere que el tamaño de una economía no determina su capacidad innovadora; más bien, el éxito radica en la eficiencia del uso de sus recursos. Suiza, por ejemplo, sobresale al lograr que cada inversión en investigación y desarrollo (I+D) genere un impacto significativo.

Con un número reducido de investigadores en comparación con Estados Unidos, su densidad de innovadores permite que, en proporción, su producción de patentes y su actividad científica superen a la de muchas economías mayores.

Honduras, al igual que otras economías en desarrollo, enfrenta el reto de crear un entorno que permita innovar, retener talento y generar tecnología propia.

Este índice revela que, aunque la riqueza facilita la innovación, países como India y China logran superar sus limitaciones en ingreso per cápita al enfocarse en políticas efectivas que aprovechan los recursos disponibles.

De esta observación surgen lecciones importantes: la innovación no es exclusiva de las economías avanzadas, sino que puede prosperar cuando se establecen estrategias claras de educación y financiamiento.

Para que Honduras progrese en este aspecto, el país necesita construir una base sólida de talento que se dedique a crear, adaptar y mejorar tecnologías.

Esto implica una inversión en educación técnica y científica que forme ingenieros, científicos y técnicos capacitados para enfrentar los desafíos actuales.

Además, resulta esencial motivar a las empresas, tanto nacionales como extranjeras, a invertir en I+D a través de incentivos fiscales y fondos de apoyo.

La experiencia de los países líderes demuestra que el capital de riesgo y el financiamiento para proyectos innovadores son motores esenciales para crear negocios con proyección internacional.

La innovación requiere una infraestructura legal y regulatoria que promueva la creación de nuevas empresas y proteja la propiedad intelectual.

En este sentido, Honduras debe actualizar sus leyes para simplificar los procesos de emprendimiento y fortalecer los mecanismos de financiamiento.

Crear un entorno de seguridad y confianza resulta indispensable para atraer capital de riesgo, ya que los inversionistas necesitan respaldo y condiciones favorables para apostar por proyectos de alto impacto.

Esas características las hemos comentado en otras ocasiones, especialmente haciendo referencia al libro “The Rise of The Rest”, del autor Steve Case, quien sugiere que un ecosistema tecnológico es como una rueda con siete líneas, todas conectadas y en movimiento:

1) start-ups, 2) inversionistas, 3) universidades, 4) gobierno, 5) corporaciones, 6) organizaciones de apoyo a emprendedores, y 7) medios de comunicación locales.

Cada uno de esos elementos debe colaborar con lo pertinente para impulsar un ambiente donde la creatividad permita construir nuevas formas de negocio, especialmente aquellos que solucionen problemas de manera innovadora.

Cuando todas esas piezas funcionan, las posibilidades son infinitas. Este método crea comunidades más unidas y solidarias, generando un impacto humano profundo y transformador. Por otra parte, el reciente caso de China ilustra los riesgos de limitar la confianza de los inversionistas.

Las restricciones regulatorias obstaculizaron el crecimiento del capital de riesgo, y la incertidumbre financiera genera un entorno de aversión al riesgo, limitando la aparición de nuevas empresas.

Esto refuerza la necesidad de un sistema flexible en el que los emprendedores e inversionistas puedan desarrollar ideas sin miedo a enfrentarse a un entorno restrictivo. La desconfianza y la incertidumbre son los principales enemigos de la inversión, no se pueden imponer, deben ganarse.

Honduras puede mirar hacia estos países líderes en innovación y adoptar los elementos que mejor se adapten a su realidad.

Si el país prioriza la educación técnica, facilita el financiamiento para ideas nuevas y protege la creatividad con un marco legal moderno, tiene la oportunidad de establecerse como un entorno propicio para la innovación.

En un contexto global en constante cambio, la capacidad de adaptarse y de generar tecnología propia es clave para fortalecer la economía y asegurar un desarrollo sostenible en el futuro.

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