Cada 31 de diciembre, millones de personas en Honduras y en diversos países del mundo despiden el año comiendo 12 uvas al ritmo de las campanadas del reloj a medianoche. Este ritual, que simboliza los deseos para cada mes del año entrante, se ha convertido en una tradición que mezcla historia, cultura y hasta estrategias comerciales.
¿Cómo nació esta costumbre?
El origen de esta tradición tiene varias teorías. Una de las más conocidas señala que en 1909, tras una excelente cosecha de uvas en España, los agricultores de la región de Alicante buscaron una forma creativa de comercializar el excedente.
Así nacieron las «uvas de la suerte», asociadas al Año Nuevo.
Sin embargo, expertos cuestionan esta hipótesis debido a las limitaciones tecnológicas de la época para conservar las uvas hasta diciembre.
Otra teoría remonta la tradición al siglo XIX, cuando la burguesía española comía uvas y brindaba con champán en Nochevieja, una costumbre importada de Francia o Alemania.
Algunos madrileños de clases populares habrían adoptado esta práctica de forma irónica, reuniéndose en la Puerta del Sol para comer uvas al compás de las campanadas.
La prensa de la época también documenta esta costumbre. Desde 1882 se mencionan celebraciones con uvas en Nochevieja, y en 1894 un artículo titulado «Las uvas bienhechoras» destacó su creciente popularidad.
Hacia 1903, la tradición ya se celebraba en regiones como Tenerife y, con el tiempo, se consolidó en toda España antes de expandirse a Latinoamérica.

El significado y expansión de las uvas de la suerte
En países como México, Argentina, Colombia y Perú, la tradición de las 12 uvas se ha adaptado con variantes culturales.
En algunas regiones, por ejemplo, se utilizan uvas pasas en lugar de frescas, pero el simbolismo de atraer suerte y prosperidad permanece.

Más que un ritual: los beneficios de las uvas
Además de su papel en esta tradición, las uvas son una fruta cargada de beneficios.
Según la Clínica Mayo, contienen antioxidantes como el resveratrol, que combate el estrés oxidativo, retrasa el envejecimiento celular y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
También son ricas en vitaminas A, C y E, y en minerales como potasio y calcio, fortaleciendo el sistema inmunológico y mejorando la salud visual.
Un estudio de la Universidad de California demostró que el consumo regular de uvas disminuye el colesterol malo (LDL).
Asimismo, aumenta la diversidad de bacterias intestinales beneficiosas y reduce los ácidos biliares, relacionados con problemas metabólicos.
Sin embargo, la American Heart Association advierte que, debido a su alto contenido de azúcar, las personas con diabetes o dietas restringidas en carbohidratos deben consumirlas con moderación.
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Un ritual con historia y salud
La tradición de las 12 uvas al ritmo de las campanadas no solo marca un momento especial para despedir el año, sino que también conecta generaciones con una práctica cargada de historia, significado y beneficios para la salud.
Así, mientras el reloj marca el inicio de un nuevo año, las uvas de la suerte siguen siendo protagonistas de una celebración global.