Algunas ciudades alrededor del mundo han sido invadidas en los últimos meses por un fenómeno inesperado: los concursos de dobles de las celebridades.
Ganando una enorme popularidad en redes sociales y con apariciones espontáneas.
Pero detrás de este entretenimiento aparentemente ligero se encuentran algunos factores.
¿Qué ha pasado?

Algunos expertos coinciden en que el auge de los concursos de dobles de celebridades no es un movimiento aislado o accidental.
Desde Nueva York hasta Londres, miles de personas se han reunido en parques y plazas públicas para competir en busca del título de “doble” más idéntico de algunas celebridades.
Entre las estrellas se encuentran Timothée Chalamet, Paul Mescal, Harry Styles, Zendaya o Dev Patel.
¿Qué ganan?

Aunque los premios de estos “dobles de las celebridades” en muchos casos son simbólicos y modestos, el atractivo de los concursos no radica en el dinero.
Es en la oportunidad de ser parte de una comunicad conectada por la admiración hacia ciertos íconos de la cultura.
Hace algunas semanas, una de estas competencias causó furor cuando el Youtuber Anthony Po organizó un evento en el que los participantes competían por el título de “mejor doble” de Timothée Chalamet.
Esto se llevó a cabo en Washington Square Park, en Nueva York, pasando de una ligera broma a una celebración que atrajo la atención de los asistentes, incluso del mismo actor.
Ya que Timothée apareció de forma inesperada para añadir un toque de locura al evento.
Las redes sociales, el combustible que alimenta estas actividades

A diferencia de otros eventos de entretenimiento, los concursos de “dobles” de celebridades no están controlados por grandes corporaciones ni patrocinadores.
Lo que les otorga una frescura y autenticidad que atrae a un público cada vez mayor.
En lugar de ser eventos sofisticados y altamente producidos, estas convocatorias son espontáneas.
Los eventos de “dobles” de las celebridades ofrecen una rara oportunidad para crear una comunidad inclusiva sin aparentes prejuicios.
Las reuniones se presentan como una evasión del estrés y reafirmar el control personal sobre el entorno, algo que resulta aún más atractivo en tiempos de incertidumbre global.
El acto de adoptar una identidad ficticia aunque sea momentánea, proporciona una sensación de empoderamiento y libertad que se tornó esencial para muchas personas en la actualidad.