Un efecto multiplicador y positivo, promovido por el modelo de economía circular en la economía de un país, nos permite ver más allá de simplemente volvernos más responsables con lo que consumimos, lo que reutilizamos y lo que somos capaces de transformar. Una encuesta, cualitativa practicada en un segmento de la población con un alto nivel de escolaridad, nos dejó importantes hallazgos, entre ellos que la mayoría de las personas encuestadas tienen una comprensión mediana sobre el concepto de le economía circular, saben cómo funciona y en qué consiste, y el revelador bajo nivel de comprensión sobre el impacto económico, social y financiero que este podría tener sobre su comunidad.
Para enmarcarnos en un análisis más profundo iniciemos por esclarecer tres aristas de la problemática, iniciando por la comprensión conceptual que tenemos sobre la economía circular, segundo lo capaces que somos de cuantificar su efecto multiplicador en la economía y tercero la visión que tenemos de la misma sobre transformación cultural y social, más allá de reciclaje de las materias primas.
La Unión Europea, caracterizada por tener una cultura enfocada en priorizar el desarrollo y bienestar humano a partir del empleo, ha diseñado un plan estratégico para sus modelos económicos que incluye dar un importante espacio para la economía circular, se espera con ello generar 700 mil nuevos empleos para 2030, lo que representaría un crecimiento de medio punto porcentual en la producción nacional, según fuentes oficiales, y su impacto en millones de Euros es considerable partiendo de los más de 14.5 billones de Euros que se producen anualmente.
Los macro conceptos que comprende la economía circular son: compartir, alquilar y las 4 R’s reparar, renovar, reutilizar y reciclar. La encuesta en mención en este desarrollo de investigación y pensamiento nos muestra que la comprensión de las últimas 4 es bastante amplio, pero las primeras dos, basadas en alquilar y compartir, es relativamente bajo y poco asociado con la economía circular. Se vuelve aún más preocupante cuando separamos cada una y nos damos cuenta de que compartir y alquilar son las que mayor aporte al PIB podrían generar en el corto plazo. El desarrollo urbanístico y crecimiento poblacional ha volcado la actividad económica para darle mayor énfasis a la industria de la construcción y los fondos personales y organizaciones, dándole amplia importancia a las inversiones con fines de alquiler. Por su lado el concepto de compartir y que representa esencialmente un pilar de la economía circular está ampliamente ligado a la generación de empleo, incluso, los grandes debates sobre menos máquinas para más empleos buscan cumplir la deuda social y cultural cuidando los indicadores de generación de empleos de nivel básico.
En Honduras el efecto de compartir a través de la generación de empleo y alquilar como incentivo de generación de rentabilidad para la industria de la construcción han sido ejes fundamentales para el crecimiento económico y alivio en la mora de vivienda en los últimos años.
Latinoamérica, por su parte, continúa desarrollando planes estratégicos basados principalmente en el control de las industrias extractivas y mineras que consiste en hacer frente a los riesgos ambientales y sociales que plantean las actividades mineras, valorizar los residuos de extracción que implica crear más modelos cooperativos que incluyen al sector informal en gestión de los residuos y el reciclaje. La gestión de residuos municipales y reciclaje implica crear más modelos cooperativos que incluyen al sector informal en gestión de los residuos y el reciclaje. Aplicar los principios de la economía circular al tratamiento de las aguas residuales (reciclaje del agua para el riego, producción de biogás, etc.). Finalmente, la bioeconomía circular que consiste en Ecosistemas con altos niveles de biodiversidad puede utilizarse como recursos nuevos para producir bioproductos sostenibles y en aplicar los principios del uso en cascada para garantizar el uso eficiente de los recursos de biomasa y controlar y revertir la deforestación.
Resta la tarea principalmente para quienes rigen las decisiones de país de convertir la comprensión del flagelo en planes estratégicos para generación de política pública que incluyan una clara predicción de cuanto esperamos crecer en términos de generación de recursos y empleo en los próximos años.
Por Nahún Moreno
Investigador, Economista y Académico.