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lunes, abril 21, 2025

El efecto de la gratitud

Por Irazema Ramos, Sicóloga.

Según la RAE, la gratitud es el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera. Muchos estudios durante la última década han encontrado que las personas que conscientemente se enfocan en lo bueno y se toman el tiempo para contar los beneficios, tienden a ser más felices, menos deprimidas y más saludables.

El científico, Glenn Fox, investigador del Brain and Creativity Institute de la University of Southern, California, se tomó el tiempo para hacer un mapeo cerebral, de cómo el ser humano experimenta la gratitud, descubrió que cuando sentimos la gratitud, en el cerebro se activan las áreas responsables de los sentimientos de recompensa, se altera también el área de cognición moral, los juicios de valor subjetivos, sentido de la equidad, de la toma de decisiones económicas y de la autorreferencia, por ende se llega  a la conclusión que la gratitud se refleja en esta actividad cerebral, logra establecer conexiones, que tejen redes neuronales vinculadas con nuestro comportamiento social.

Es importante comentar también sobre una investigación publicada en la revista Cerebral Cortex, concluyeron que sentir gratitud o realizar actos de bondad estimula el hipotálamo (la parte de nuestro cerebro que regula una serie de funciones corporales, incluido el estrés), inundando el cerebro con una sustancia química llamada dopamina que produce la sensación de bienestar, felicidad, placer y vitalidad. Logra reducir el cortisol, la hormona del estrés. Tener una rutina de gratitud en la semana es importante y necesario, los filósofos se han ocupado de la gratitud desde la antigüedad, en cambio el campo de la Psicología, hace aproximadamente veinte años que han descubierto el potencial de este complejo sentimiento.

Las personas que entrenan su mente para enfocarse en lo bueno y tener un espacio de agradecimiento a la vida, al Universo o a Dios, son más felices, mantienen relaciones más satisfactorias y sufren menos depresión, adicciones o desgaste laboral (burnout); además, afrontan mejor las adversidades que presenta la vida. Según investigaciones recientes, entre ellas el estudio de Paul Mills, de la Universidad de California en San Diego, la gratitud beneficia incluso la salud física, por ejemplo, los pacientes con una enfermedad cardiovascular que saben valorar mejor los aspectos buenos de su vida son menos depresivos, duermen mejor, están más convencidos de tener su condición médica bajo control y tienen menos marcadores de inflamación en sangre, los cuales aumentan el riesgo de padecer un fallo cardíaco.

Mantenernos en el lado de la gratitud genera grandes efectos totalmente positivos, reduce la agresividad, el grado de violencia, crea un sentimiento de unión, solidaridad y ayuda a construir y profundizar las relaciones interpersonales. La gratitud aumenta la disposición de hacer el bien a los demás sin esperar nada a cambio, pero realmente nos devuelve mucho.

 LA RAÍZ DE TODO BIEN, CRECE EN LA TIERRA DE LA GRATITUD. Dalai Lama.

 

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