San José, Costa Rica. La Embajada de Estados Unidos en Costa Rica emitió una alerta sanitaria dirigida a sus ciudadanos tras la muerte de un adolescente estadounidense por intoxicación con monóxido de carbono en un hotel ubicado en Manuel Antonio, Quepos.
La víctima fue identificada como Miller Gardner, de 14 años, hijo del exjugador de los Yankees de Nueva York, Brett Gardner. El joven fue encontrado sin vida el pasado 21 de marzo dentro de su habitación.
Asimismo, la autopsia reveló que la causa del deceso lo causo la inhalación de monóxido de carbono.
Lo anterior, un gas altamente tóxico, incoloro e inodoro, altamente letal en espacios cerrados sin ventilación.
Ante este hecho, la embajada publicó el 15 de abril una advertencia en su sitio oficial, en la que señala que, en la mayoría de países de América Latina, incluyendo Costa Rica, no existen normativas generales que obliguen a los hoteles o establecimientos a contar con detectores de monóxido de carbono.
Aunque algunos negocios los instalan de forma voluntaria, su uso no es obligatorio.

Medidas de precaución
En su comunicado, la representación diplomática recomienda a los viajeros estadounidenses tomar precauciones como:
- Confirmar si los alojamientos cuentan con detectores de monóxido de carbono.
- Llevar detectores portátiles durante sus viajes.
- Consultar información oficial sobre intoxicación por monóxido de carbono en el sitio web de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades).
El director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, detalló que el análisis de carboxihemoglobina en la sangre de la víctima arrojó una saturación del 64%, cuando un nivel superior al 50% ya se considera letal.
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Asimismo, indicó que durante la autopsia se identificaron signos típicos de intoxicación por este gas y se descartó la presencia de otras sustancias como fentanilo.
Aunque el incidente ocurrió en la habitación del menor, la administración del hotel donde se hospedaba explicó que los niveles altos de monóxido se localizaron en una sala técnica de acceso restringido.
Añadieron que el informe inicial contenía un error y que están a la espera de resultados concluyentes por parte de las autoridades.
La tragedia ha puesto nuevamente en la mira la necesidad de regulaciones más estrictas sobre el uso de detectores de monóxido de carbono en hoteles y espacios turísticos en la región.