22.4 C
Honduras
lunes, julio 1, 2024

Dejando de suponer y sufrir por cosas imaginarias

La preocupación constante puede enfermarnos. Y muchos de estos son escenarios fabricados en nuestra mente, los cuales pocos, muy pocos, sucederán. Debemos aprender que una persona que vive pendiente y preocupada de todo, tiene muchas más probabilidades de tener enfermedades físicas que alguien que sabe controlar sus pensamientos y desarrollar inteligencia emocional.

Debemos esforzarnos en vivir el ahora. Que nuestra mente esté en el hoy. O como dice mucha gente “un día a la vez”. Debemos aprender a separar nuestras emociones de nuestros pensamientos y conociendo que eso resulta difícil, la mejor manera de hacerlo es calibrando si ese pensamiento tiene sustento real.

Una de las maneras para salir de ese estado es escribir en un papel lo que nos preocupa y detallarlo de manera minuciosa, muchas veces esto nos lleva a darnos cuenta de que por nada estamos preocupados. En esa misma nota, debemos colocar que solución se nos ocurre, y notará cómo ese estado de pensamiento, de estrés, se desactiva al trabajar en ello.

Dejamos de estarle dando vueltas y vueltas al asunto, por ello recomiendo también mantenernos muy ocupados. En mi caso personal, siempre procuro estarlo, por eso uno anda en un estado de energía alto, pues poco estamos dándole espacio a esos pensamientos que nos desaniman y nos preocupen.

Algo que ayuda mucho mantenernos en el “hoy” es tener conciencia de que el pasado es caso cerrado. Nada de lo que hagamos nos lo va a traer de vuelta y nada nos volverá a abrir esas puertas de oportunidad que ya pasaron. Lo mismo pasa en el futuro, vivimos tan estresados por el “qué pasaría si”, sabiendo que ese escenario es improbable y tiene muchas variables, pues no sabemos con exactitud qué sucederá.

El presente es lo único que nos puede ayudar al futuro. Si vivo lleno de preocupaciones hoy, seguramente mi futuro será agotador, frustrado y casi que le aseguro que amargado, pues tantas cosas en nuestra mente nos roban la paz y nuestra alegría.

Uno de mis mentores de liderazgo, el cual es abogado de profesión, me ayudó mucho a entender esto a través de lo que son las leyes, o los juicios, por así decirlo. Siempre me preguntaba ¿eso que dices es un hecho, o una suposición? Me chocó mucho aprender eso, pues la mayoría de las veces, todo lo que a uno le preocupa son suposiciones.

“Le caigo mal a aquel”. ¿Tengo pruebas de ello? Mire que cosas, si le caigo mal, pues no hay nada que hacer y si es una suposición ¿Qué hago perdiendo mi tiempo preocupándome? Hágale esa pregunta a su mente siempre. ¿Esto es un hecho, o es una suposición? Este mentor me enseño que cuando le decía “Es un hecho” debía presentarle las pruebas que lo comprobaran. Cosas que a la vista de desconocidos pudieran reflejar con certeza lo que decía. Hechos y pruebas. Hoy en día cuando se me viene a la mente algo negativo me pregunto eso ¿Esto es un hecho o una suposición? Eso me ayuda a quitarme el hábito de adivino, como me dijo alguien “El hubiera no existe”

Si vivimos con la mente en el presente disfrutaríamos muchas cosas. Y si aprendemos a ser agradecidos, eso llenaría nuestro corazón de cosas más importante que estar preocupados por lo que falta y lo que no tenemos. La mente humana es un laberinto, pero nosotros nos lo complicamos todavía más.

Me encanta que hoy día muchas empresas hacen énfasis en la “Salud mental” de sus colaboradores, ¡Aprendamos entonces, a no sufrir por cosas imaginarias!

Enrique Zaldivar
Enrique Zaldivar
2050 Comunicaciones
- Publicidad -spot_img

Más en Opinión: