La vida da sorpresas, sorpresa da la vida, dice el viejo danzón, tonada tropical y llena de verdad, solo de eso me recordé cuando hoy sentado en la banca de la pulpe, entre leyendo los coloridos posters de paletas y gaseosas llenos de jóvenes alegres y comiéndome un churrito, de esos que son más aire que producto ahora, vi llegar a la seño Flores. Señora ella, ya de años andados, vista alegre y contornos que aún arrancan miradas, a pesar de años de trabajo de hierro en los hospitales, como enfermera, que se sabe son pesados velando por la salud de los demás. La sorpresa no fue por ver llegar tan imponente mujer, fue porque en el barrio, como todos los que viven en el barrio saben, se habló, incluso se dijo que ella se la había llevado el “covicho” mentado, hasta más de alguna doña en las tertulias de la tarde entre el airecito fresco y los zancudos que zumban, aseguraron que habían ido a la vela.
Al verme, sabe Dios con qué cara, ella, alegre como es, se acercó a saludarme, se sentó con su andar de gata segura y, mirándome con sus ojos de estrellitas, me saludó, entre divertida y peligrosa, como que ya sabía lo que se hablaba puse, que era finada, ¡velada y enterrada pues!
Pues aquí, dijo ella, como un hola, donde me ve saliendo de la chamba, con eso del “gobierno del pueblo” todo se trepó, hasta el hambre de los güirros y solo el pisto se hizo más poquito, por eso toca casi vivir en la chamba, me dijo seria. Ser mujer y madre soltera no es fácil en estos lares, dijo, al revisar si se desatendían para que la atendieran en la pulpe. Solo imagínese que estamos en medio de una nueva epidemia del mentado covid , son mares de gentes enfermas, ni se imagina cuántos llegan entre fiebres y mocos, algunos hasta sin resuello y nadie hace nada, hasta ayer, por casualidad, vi un pequeño párrafo en un periódico que decía que había una nueva variante, que parecía gripe, pero que le daba diarrea y le quita el olfato y el gusto, pero por parte de las autoridades nada, están enfocados en el dengue que es igual de grave, pero no la única plaga que se vino a vivir aquí, me dijo. El problema del covid, no es la gripe, los mocos y el malestar, eso se quita en unos días, pero lo que causa es lo que preocupa, la gente puede quedar afectada del corazón, de los riñones, se le puede coagular la sangre más rápido y tapársele las venas e incluso acelerar la diabetes y la presión alta si ya tenía principios alguien, así como lo oye, compa, me dijo, las complicaciones graves no son al momentito vienen luego, pero las autoridades no avisan eso como si ya no hubiera en el país y eso que estamos con un repunte bravo ahorita, si más bien saliendo de la feria venimos, conciertos y desfiles a morir promocionados a todo color y ahora viera el chambal que tenemos en los hospitales, ¡son mares de enfermos! Creo, me dijo, levantándose, el ver un chance en el mostrador, que las autoridades, así como alertan del dengue, deberían hablar del covid, que nunca se ha ido, por cierto, y sigue matando gente, solo que ahora no salen dando la hora y notificando los finados y explicar sus complicaciones crónicas o al tiempo, pues.
Y, por cierto, me dijo coqueta, con un contoneo sensual, como ve, aún no me han velado y se marchó casi a la carrerita a pedir lo que necesitaba. Pues es cierto, me dije pensando lo que ella me comentó, el dengue es malo, la verdad, pero el covid también y como que ese tulle a la gente, hay que cuidarse porque, como dijo la seño, no se ha ido nunca ese bicho y nos puede salir caro el descuido.
