Tras el fallecimiento del papa Francisco el pasado 21 de abril, la atención del mundo católico se centra ahora en el próximo cónclave, el proceso mediante el cual se elegirá al nuevo sumo pontífice.
Aunque aún no se ha anunciado la fecha exacta, el Vaticano ha confirmado que el cónclave deberá realizarse entre 15 y 20 días después del fallecimiento del pontífice, como lo establecen las normas eclesiásticas.
El cónclave se celebrará en la Capilla Sixtina, dentro del Vaticano, y solo participarán los cardenales menores de 80 años, quienes actualmente suman cerca de 120 electores.
Durante este tiempo, los cardenales quedarán aislados del mundo exterior, sin acceso a teléfonos, internet o cualquier tipo de comunicación externa.
Previo al inicio del cónclave, se celebrarán las llamadas «congregaciones generales», reuniones en las que los cardenales discuten los principales desafíos de la Iglesia y el perfil ideal que debería tener el nuevo papa.
Estas sesiones preparatorias también sirven para que los cardenales se conozcan mejor entre ellos, especialmente si provienen de diferentes regiones del mundo.
Una vez en la Capilla Sixtina, los cardenales comenzarán con las votaciones. Cada jornada puede incluir hasta cuatro votaciones: dos por la mañana y dos por la tarde. Para que un candidato sea elegido como nuevo papa, debe recibir una mayoría calificada de dos tercios de los votos.
Votación
El resultado de cada votación se anuncia a través de la tradicional fumata. Si el humo que sale de la chimenea de la Capilla Sixtina es negro, significa que no se ha alcanzado una decisión. Cuando el humo es blanco, se confirma que un nuevo papa ha sido elegido.
Una vez elegido, el nuevo pontífice es invitado a aceptar el cargo y, de ser así, se le pregunta qué nombre desea adoptar.
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Posteriormente, se presenta al mundo desde el balcón central de la Basílica de San Pedro con la tradicional frase: “Habemus Papam”.
Se espera que en los próximos días el Vaticano anuncie oficialmente la fecha de inicio del cónclave, mientras millones de fieles en todo el mundo esperan con expectativa la elección del nuevo líder de la Iglesia Católica.