Miami. Con su estrella Messi coqueteando con el retiro, asume en Estados Unidos una ardua defensa de la Copa América, un título que obsesiona al alicaído Brasil y anima a Uruguay y Colombia, ambos en alza y en proceso de recambio generacional.
La edición 2024 del más antiguo torneo de selecciones del mundo, desde mañana hasta el 14 de julio, será el escenario de bienvenidas jóvenes estelares y de despedidas a ilustres habitantes del Olimpo del fútbol.
El legado a resguardo
La herencia sudamericana parece estar al cuidado. Futbolistas de élite como Messi, Ángel Di María, Luis Suárez, Casemiro o James, que marcaron época, comparten vestuario con jóvenes en franco ascenso en algunos casos casi 20 años menores que ellos y en equipos europeos de alto vuelo.
Los tres del Liverpool, el colombiano Luis Díaz, el uruguayo Darwin Nuñez y el argentino Alexis MacAllister, así como los brasileños Vinicius Junior y Rodrygo, recientes campeones de la Champions League con el Real Madrid, y más jóvenes aún como el también argentino Alejandro Garnacho (Manchester United), de 19 años, y el brasileño Endrick (de 17) asoman como los depositarios del legado, algunos ya con recorridos en la cúspide.
El más ilustre de ellos, el ocho veces Balón de Oro, Lionel Messi, jugará su séptima y seguramente última Copa América, por primera vez aliviado y distendido a causa de una abundante cosecha albiceleste en los últimos años.
El escenario en 2021 para cortar una racha maldita de 28 años no pudo haber sido mejor: el mítico estadio Maracaná frente a Brasil, su archirrival.
Desde allí, Argentina se alzó con la Finalísima y con el Mundial de Catar-2022 y ahora marcha a paso seguro en el clasificatorio a la cita máxima norteamericana de 2026.