Miami. Peor no pudo ser el momento en que Thomas Christiansen llegó a Panamá. Cuando la COVID-19 consumía al país en agosto de 2020, un incógnito español de origen danés fue noticia al hacerse cargo de la selección en medio de muertes y contagios.
Esa atrevida decisión marcó el destino de la Marea Roja.
No eran tiempos para hablar de fútbol. La pandemia se devoraba la vida en Panamá, pero el presidente de la Federación canalera, Manuel Arias, ejecutó un plan en medio de la cuarentena para suceder al destituido Américo ‘Tolo’ Gallego, y más cuando la eliminatoria de la Concacaf a Qatar-2022 se asomaba.
Fue así como Christiansen desembarcó en Ciudad de Panamá. “El país estaba totalmente paralizado”, relató de su puño y letra recientemente en la plataforma online de The Coaches’Voice, un texto que tituló “Mi mayor reto”.
“Me dediqué a analizar el nivel de los futbolistas. Me tocó también tomar decisiones de cambio generacional en función de qué era lo mejor para el equipo.
Sin embargo, fue muy positivo porque pude relacionarme con los jugadores”, recuerda el entrenador de 51 años. – VOLVIENDO A CASA – La hoja de vida de Christiensen no decía mucho para los panameños.
“Desde que salí del Leeds United tenía el deseo de dirigir a una selección nacional. Apenas supe de la opción de entrenar a Panamá no dudé”, sostuvo.
Una grata sorpresa en América – Tiempo presente: Christiansen obró el milagro de volver a poner a Panamá en el radar futbolístico, luego de que el colombiano Hernán ‘Bolillo’ Gómez lo llevara por primera vez en su historia a un Mundial, el de Rusia-2018.
“Dirigir a Panamá es el mayor reto de mi carrera como entrenador. Conseguido el deseo de dirigir una selección, mi sueño siempre fue llegar a un Mundial”.