Con la frase “como tortuga embarazada” es que el economista argentino Javier Milei adjetivó a su propio Estado. Lamenta el hecho de haber sido prósperos durante la primera mitad del siglo 20 y ahora pues, es otra historia aparte. Eso calza perfectamente ante el Estado de Honduras, pero desde siempre. Las reacciones ante la realidad de nuestro pueblo, venida desde cualquier gobierno que sea, siempre ocurre a la misma velocidad, tal como la describió el señor antes aludido.
Una de las situaciones y que, para solucionarse, debe existir agilidad, junto con mecanismos o herramientas legales para acabar con los problemas. Uno de tantos es la violencia contra la mujer donde la razón de ser incluso de algunas oenegés, no atenúan el fenómeno, haciendo arquear una ceja debido a que, si acaso existen y son inoperantes, ¿para qué, entonces, les llega financiamiento externo?, aparte del discurso permanente anti machista, dejando de ser científicos y ocultar la verdad de las causas de esa violencia contra la mujer hondureña, es más complejo que solo decir que es culpa del hombre por el simple hecho de serlo. Mientras eso sigue ocurriendo hasta en las calles, dando pie hasta para que se grabe con aparatos móviles estos hechos que ya pareciera que estamos involucionando. Mientras tanto, el Estado sigue su lenta marcha, casi a velocidad cero, sin mostrar el músculo del imperio de la ley.
Siempre que se hace algo es plausible, peor es que jamás se movilicen las fuerzas del Estado para dar una paz relativa y atacar de frente a la delincuencia y un respiro a la población honrada. Pero, también, como siempre, tuvieron que esperar todo 2022 para decidir hacerlo. No es que se minimice lo que se esté logrando, sin embargo, eso será paño tibio debido a que las mismas autoridades se encargan de divulgar cuándo, dónde, cómo, con quiénes, con cuántos elementos y a qué hora se harán los operativos, o ahora toques de queda. Eso es más que tirado de los cabellos ya que siempre se les avisa y es muy fácil y los malvados hasta lo ven simpático ya que simplemente salen de esas zonas y se esconden el tiempo necesario y simplemente después regresan, dándole las gracias a la Policía por avisarles, eso debe ser explicado y además entendido.
Otra de las cosas que han repuntado en el presente Gobierno de la señora de Zelaya son las invasiones de tierra en zonas rurales y urbanas. Mientras no se apliquen los correctivos, eso llevará a una situación tan lamentable que, a la señora presidente, sin ánimo de quitarle la determinación, sinceramente le darán deseos de hacer una sincera introspección, ya que el caos será tal que la pobreza extrema crecerá y el estómago vacío es el peor consejero para cualquier sociedad sumergida en injusticia y lentitud en las respuestas estatales ya que para prevenir, antes de corregir, y solucionar es que han sido electos y que ya se deje de estar echando la culpa al pasado aunque sea verdad, pero es preferible un discurso con propuestas, decisiones, sin ideologías.